Polémica entre Repsol y el petrolero por la gestión del derrame en Perú
EFE/ Cristian Olea

Polémica entre Repsol y el petrolero por la gestión del derrame en Perú

27 enero, 2022
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Actualizado: 27 enero, 2022 0:40
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El barco Mare Doricum, involucrado en el derrame de petróleo frente a las costas de Perú mientras suministraba crudo a una refinería operada por Repsol, protestó contra la empresa por su manejo de la situación y por no dar suficiente información, acusaciones que no son compartidas por la compañía.

En una serie de reclamos emitidos por el capitán del barco hacia Repsol en el mismo día de los hechos, a los que Efe ha tenido acceso, el buque petrolero de bandera italiana consigna que la empresa no les proporcionó la cantidad de petróleo que ya había recibido en sus instalaciones hasta el momento del accidente.

Con ese dato, sumado a la cantidad de crudo que aún queda por descargar desde los tanques del buque, se podría determinar en principio la cantidad exacta de crudo que se ha vertido al mar.

De momento la magnitud del derrame se ha establecido en unos 6.000 barriles (unos 954.000 litros) de crudo, según el último reporte ofrecido por la empresa, que en un inicio solamente había declarado una fuga de 0,16 barriles (unos 25 litros) y lo había catalogado como un incidente menor.

Los documentos permiten hacer una reconstrucción de los hechos sucedidos el 15 de febrero desde la versión del capitán del barco, Giacomo Pisani, aunque su relato cae en algunos momentos en contradicciones.

AMARRAS ROTAS

El máximo responsable del buque reportó que a las 17:25 hora local (22:25 GMT) se rompieron hasta tres amarras de estribor que lo sujetaban a las boyas del terminal número 2 de la Refinería La Pampilla durante la operación de descarga del crudo.

La rotura de estas amarras se produjo aparentemente por un inusitado aumento del nivel del mar causado por la erupción volcánica en Tonga horas antes, un tsunami de moderada proporción imperceptible en alta mar pero que en la costa hizo que el agua entrase varios metros tierra adentro en distintos puntos del litoral peruano.

En ese momento Perú no había decretado ninguna alerta de tsunami para su costa como sí lo habían hecho otros países de la costa del Pacífico, como es el caso de sus vecinos Chile y Ecuador, así como también Estados Unidos.

En eso también coincide Repsol, que en un comunicado remitido a Efe este miércoles ratificó la rotura de las amarras a consecuencia del fortuito fenómeno natural que no fue motivo de alerta para la Marina de Guerra del Perú.

¿SE MOVIÓ O NO EL BARCO?

A partir de ese instante es cuando más difieren las versiones entre el barco y la refinería, pues el capitán del buque afirma que la embarcación no se movió hacia delante ni tocó el PLEM, la plataforma con los colectores de las tuberías submarinas que reciben el crudo del barco a través de unas mangueras.

No obstante, el capitán solicitó a las 17:30 hora local (22:30 GMT), solo cinco minutos después del incidente, la presencia a bordo de un práctico de la refinería para que volviese a posicionar el barco correctamente, pero este no llegó al buque hasta más de seis horas después, a las 23:05 (4:05 GMT).

Sobre esa demora, Repsol señaló en su comunicado que no es competencia suya.

Instantes después de que se rompiesen las amarras, la tripulación del buque vio florecer petróleo en la superficie y detuvo el bombeo de petróleo, según refirió Pisani.

«LA MANGUERA CAUSÓ EL DERRAME»

Asimismo, el capitán del barco aseguró que la empresa no mandó buzos para inspeccionar «la manguera que causó el derrame de petróleo», aunque el jefe del terminal de Repsol refutó que sí hubo dos inspecciones con buzos con equipos especializados durante la madrugada del domingo 16 de febrero.

Repsol destacó que los documentos firmados por Pisani demuestran que la empresa aplicó rápido su plan al colocar barreras flotantes para contener el derrame, pero el marino detalló que estas eran insuficientes para cubrir la longitud del buque, que tiene 272 metros de eslora.

La versión del capitán del barco también fue recogida por una delegación de altos funcionarios del Gobierno peruano que visitó el buque, entre ellos los ministros de Ambiente, Rubén Ramírez; de Comercio Exterior y Turismo, Roberto Sánchez; y de Producción, Jorge Luis Prado, además del congresista Edward Málaga-Trillo.

Allí, Pisani fue insistente en remarcar que el buque no se movió después de que se rompiesen las amarras y recalcó que su responsabilidad termina en cuanto el petróleo entra en la manguera del terminal, según detalló a Efe un testigo de la reunión, donde el único medio que la registró la visita fue el canal estatal TV Perú.

BUQUE INMOVILIZADO

Actualmente el Mare Doricum permanece fondeado en la bahía del Callao, a unas seis millas de la costa peruana y se encuentra impedido de zarpar después de que las autoridades peruanas le hayan puesto una orden de inmovilización bajo fianza de 150 millones de soles (unos 39 millones de dólares).

En el momento del accidente, el buque estaba descargando casi un millón de barriles procedentes de Brasil para ser procesados en la Refinería La Pampilla, la de mayor volumen de Perú, al refinar diariamente unos 120.000 barriles diarios de crudo para abastecer la demanda de combustibles del mercado peruano.

Este derrame es la mayor catástrofe medioambiental de los últimos tiempos en las costas peruanas al haber afectado a 50 kilómetros del litoral peruano, especialmente en las playas de Ventanilla, mientras que en términos de superficie el crudo abarca ocho kilómetros cuadrados, la mayoría de ellos en el agua, y ha alcanzado a dos reservas naturales. 

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