Juan Roig, presidente de Mercadona, asegura que la reducción de jornada afectará a los clientes, a los proveedores, a la sociedad y al capital y, si bajan los beneficios, "hasta a la recaudación de impuestos".

¿Puede Mercadona u otro supermercado subir los sueldos a sus trabajadores si se topan beneficios o se intervienen precios?

UGT, como CCOO o Unidas Podemos, socios del Gobierno y el resto de la extrema izquierda española, desde los separatista catalanes de ERC o las proetarras de EH Bildu, sustentos de Sánchez en Moncloa, mantienen el mantra de que los empresarios del sector de l alimentación se están ‘forrando’ con la alta inflación para justificar su petición de intervenir los precios de los productos o topar sus beneficios.

Este fin de semana ha sido Yolanda Díaz, la vicepresidenta y ministra de Trabajo. Hoy, ha sido el sindicato socialista UGT para justificar al Gobierno en su fracaso de lucha contra la inflación el que ha insistido en su exigencia de subir «de manera inmediata» el salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 1.100 euros mensuales en 14 pagas y de «limitar» los «abusivos» márgenes empresariales, después de conocer el dato adelantado del IPC del mes de enero, que se situó en el 5,8 %, con una inflación subyacente el 7,5%, la más alta desde 1986.

En una nota de este lunes, el sindicato apunta que, «pese a la moderación de la inflación general», el dato refleja cómo las grandes empresas «siguen haciendo un uso abusivo de su poder de mercado» para mantener o elevar sus beneficios, y señala especialmente a las compañías del sector de la alimentación.

Para UGT, la actitud de las empresas «presiona al alza» los precios, lo que perjudica a las familias trabajadoras, de ahí que inste tanto al control de los beneficios empresariales como a la subida «con urgencia» del SMI para «para proteger a la población más vulnerable e impulsar el consumo». 

Mercadona, líder por cuota de mercado entre los supermercados españoles, ha subido este año los sueldos a sus trabajadores un 6,5%, una subida que se suma a la ya experimentada en 2021, una medida que han seguido otras cadenas de distribución. Pero esas subidas salariales tienen que estar en línea con los beneficios empresariales, porque si no hay beneficios, no hay subida de sueldos y se corre el riesgo de acabar en ERE y en el paro tras el cierre de la empresa.

Por eso, sindicatos como los dos que cierran filas con el Gobierno, como UGT y CCOO, y Unidas Podemos, que dicen tanto defender a los trabajadores y las subidas de sueldo, no les interesa entender que el dinero para la subida de salarios sale del bolsillo de los empresarios y no del dinero de sindicatos y políticos, que más bien están para cobrar numerosas subvenciones y suculentos sueldos a costa, además del IRPF de los trabajadores, del IVA que pagan los ciudadanos en sus compras, de los impuestos especiales, como el de la gasolina y diésel que supone casi la mitad de su precio, como de los beneficios de los empresarios.

Por cierto, si alguien se está forrando con la alta inflación ese el Estado con la recaudación récord de Hacienda.

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