Récord de reclamaciones al Banco de España por las cláusulas abusivas
El Banco de España ha atendido un total de 40.170 reclamaciones de clientes que previamente habían reclamado a sus respectivas entidades financieras. La cifra registra un nuevo récord, debido a las cláusulas abusivas de las hipotecas, que conforman el 81% del total.
Según los datos preliminares publicados por el Banco de España correspondientes al pasado año, los clientes de la banca han conseguido que las entidades rectifiquen en un 57,8% de los casos, mientras que sobre el total de resoluciones, la entidad regida por Luis María Linde ha dado la razón al 38,7%. Asimismo, los allanamientos alcanzan el 12,5%.
El número cerrado en 2017 supera con creces a las reclamaciones de 2012 y 2013, que supusieron un récord entonces por las cláusulas suelo, pero en 2017, con la retroactividad ya en activo, se han disparado. Ahora se suman también los gastos hipotecarios. Según los datos provisionales, las 40.170 quejas de 2017 de clientes contra la banca casi cuadruplican las 14.462 puestas ante la entidad financiera el pasado 2016, cuando no se había dado a conocer la retroactividad de las cláusulas suelo, ya que el TJUE dio a conocer su sentencia a finales de diciembre de ese año, y no fue hasta ya entrado el 2017 cuando el Supremo cambió su resolución.
En 2017 el Supremo rectificó su doctrina tras la histórica sentencia del TJUE sobre la retroactividad
Con las cláusulas suelo, sin retroactividad, el Banco de España había recibido 14.313 reclamaciones en 2012 y otras 34.645 en 2013, hasta ahora el máximo histórico. Ese año, el Tribunal Supremo declaró nulas las cláusulas suelo abusivas, pero no aplicó la retroactividad. Fue el 21 de diciembre de 2016, cuando el TJUE exigió aplicar la devolución de los intereses cobrados de más desde la firma del contrato, y no desde 2013, como decía el Supremo.
Las quejas de los consumidores ante el Banco de España
Según las cifras del Banco de España, el 81,4% de las reclamaciones de 2017 se deben a las hipotecas, más cuando este año se ha iniciado la guerra de los consumidores por los gastos hipotecarios. Los clientes están aún a la espera de que el Tribunal Supremo unifique su criterio sobre el impuesto de Actos Jurídicos Documentados, una sentencia que se votó el pasado 31 de enero, pero que aún no se ha dado a conocer. De hecho, hasta ahora, la mayoría de jueces está dando la razón a los reclamantes, ya que entienden que ese impuesto debía abonarlo la banca.
No obstante, para obstaculizar aún más las reclamaciones judiciales, el Consejo General del Poder Judicial creó los juzgados únicos de cláusulas suelo. Las quejas de la Abogacía, asociaciones de jueces y de consumidores no se hicieron esperar ya que se estaba esquilmando derechos, como poder interponer la demanda en el juzgado de Primera instancia más próximo al domicilio, o bien el riesgo de colapso de los nuevos juzgados, como ha ocurrido en todos ellos, más en Madrid y Barcelona.
Para poder iniciar la queja ante el Banco de España, es necesario que el cliente haya procedido a reclamar a la entidad financiera a través de sus servicios de atención al cliente. Pese a tener que esperar respuesta, ya sea positiva o negativa, como ocurre en la mayoría de casos, los consumidores pueden interponer su reclamación ante el Banco de España, cuya valoración sobre los casos no son vinculantes, aunque la banca ha procedido a cambiar su propio criterio y dar la razón finalmente a los consumidores para evitar iniciar un nuevo enfrentamiento, esta vez en los tribunales. Madrid registró un total de 5.784, seguida de Valencia, con 4.592.
La banca solo rectifica cuando se lo dice el Banco de España
BBVA, que se niega de forma sistemática a dar la razón a los clientes, evita que el caso pase a mayores en el 82,1% de las veces. De hecho, en su cuenta de resultados ha incrementado las partidas para devolver el dinero cobrado de más por las cláusulas abusivas, hasta superar los 577 millones, eso sí, sin dar detalles de la nueva cifra.
El 72% de los clientes del Santander, por su parte, encuentran la razón en el Banco de España, mientras otras entidades mantienen sus criterios y su rechazo a los argumentos del Banco de España.