‘Está usted repostando huesos de aceitunas’… bienvenido a la biomasolinera

‘Está usted repostando huesos de aceitunas’… bienvenido a la biomasolinera

31 enero, 2016
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Actualizado: 31 enero, 2016 0:00
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Si nos atenemos a la definición que hace la RAE del verbo «repostar», estamos ante la acción de reponer provisiones, pertrechos o combustibles. Por lo tanto, el día que acudamos a una «biomasolinera» repostaremos biomasa para alimentar calderas, quemadores, estufas, chimeneas o cocinas.

El auge de la biomasa, un sector que ya le ha perdido el miedo a entrar de lleno en el mercado de la energía, empieza a tener o, al menos, a empezar a disponer de servicios similares al de los combustibles fósiles.

La consultora de ingeniería medioambiental extremeña Gestiona Global, en colaboración con la firma Explotaciones Forestales Marle S.L., ha presentado en el marco de la Feria Internacional de Agroexpo, en Don Benito (Badajoz), las «biomasolineras».

Son «el equivalente» a una gasolinera en modo autoservicio que dispensa biomasa, pelets, astillas y huesos de aceituna, tal y como ha explicado a EFE el coordinador del proyecto y responsable de este área en Gestiona Global, Jorge Osuna.

Ambas empresas han unido esfuerzos para diseñar y fabricar un surtidor o sistema de dispensación a granel, en el que el usuario puede llenar sacos de hasta 100 kilogramos de biomasa pagando con su tarjeta de crédito.

Detrás del dispensador, cuya estructura y capacidad se asemeja a la de un contenedor marítimo en posición vertical, hay un sistema informático, instrumental robótico y un cajero automático de pago.

Osuna ha explicado que el usuario puede marcar la cantidad de kilos de biomasa que quiere o un importe económico concreto. A partir de ese momento, el dispensador carga un saco de forma automática y lo cierra, para que, una vez concluido el repostado, el cliente sólo tenga que coger el pedido y cargarlo en su vehículo.

«Estamos ante todo un sistema logístico controlado por ordenador que carga los sacos de manera autónoma, lo que supone un ahorro logístico en un mercado, como el de la biomasa, que aún no está maduro», ha incidido Osuna.

La idea de ambas empresas es ubicar estas biomasolineras en aparcamientos de centros comerciales o en las propias gasolineras.

«Nuestro objetivo es que el usuario que quiera llenar su caldera sólo tenga que desplazarse hasta el punto de reposición. El resto corre de cuenta nuestra y de la biomasolinera», ha afirmado.

Huesos de aceituna, cascaras de frutos secos, pellets (pequeños cilindros elaborados a partir de serrín natural), leña y astillas son algunos ejemplos de biomasa, entendida ésta como el conjunto de materia orgánica de origen vegetal, animal o resultado de la transformación natural o artificial de la misma, que se puede emplear como fuente directa o indirecta de energía.

El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), adscrito al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, considera que la biomasa es un combustible renovable normalizado y de calidad, «competitivo en precios con los combustibles fósiles tradicionalmente usados y más respetuoso con el medioambiente».

Viviendas unifamiliares, edificios públicos y privados, centros educativos, residencias, piscinas climatizadas, complejos hoteleros, granjas e industrias agroalimentarias son el destino de uso de la biomasa.

El trabajo que estas dos entidades tienen aún por delante es lograr la rentabilidad de este prototipo, «que ya funciona a la perfección», fabricarlo en serie y el día de mañana comercializarlo y exportarlo. 

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