Revés para Lizarran en su batalla judicial con Pans & Company
El grupo de restauración Comess (Lizarrán) registró dos marcas con «mala fe» tras descubrir que su competidora Eat Out (Pans & Company) iba a lanzar una campaña publicitaria con esos nombres en su eslogan, según una sentencia emitida por la Audiencia Provincial de Barcelona.
El fallo, al que ha tenido acceso Efe, confirma la decisión previa del Juzgado Mercantil de la Ciudad Condal y desestima el recurso presentado por Comess.
Los hechos se remontan al verano de 2016, cuando Pans & Company «preparó una campaña para conmemorar sus 25 años de existencia y contrató al conocido cocinero Karlos Arguiñano», según reza el documento.
De acuerdo con el testimonio del personal de la agencia de publicidad, fue el propio Arguiñano quien «estando en fase de preparación de la campaña» pidió sustituir el término «pinchadillo» por «bocapintxo», una idea «que a la postre motivó el uso de esta última expresión».
La empresa lanzó al mercado a mediados de septiembre de aquel año una nueva categoría de producto con la que pretendía «fusionar lo mejor del pintxo y lo mejor del bocadillo», según anunció entonces.
Los jueces han considerado probado que los responsables de Comess «conocían la campaña que Eat Out venía preparando con anterioridad» y que actuaron «de mala fe» al solicitar el registro de las marcas «bocapincho» y «bocapintxo» apenas una semana antes de que arrancara.
Entre otras pruebas, citan «la contratación de un trabajador de Eat Out» con ocho años de experiencia en la empresa por parte de Comess sólo un día antes de que la compañía pidiera formalmente el registro de dichas enseñas.
También apuntan a la existencia de un franquiciado en Cáceres con establecimientos Lizarrán y Pans & Company, y que «recibió información sobre el nuevo lanzamiento» antes de que se produjera.
De esta forma, cuando arrancó la campaña promocional Comess demandó a Eat Out por utilizar unas marcas que se encontraban bajo protección.
Los jueces han señalado que los directivos de Comess decidieron «obstaculizar» esta acción publicitaria registrando los nombres «bocapinchos» y «bocapintxos» pese a que el grupo nunca usó dichas denominaciones oficialmente.