El multimillonario ruso Deripaska, golpeado por las sanciones de EE UU

El multimillonario ruso Deripaska, golpeado por las sanciones de EE UU

09 abril, 2018
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Actualizado: 09 abril, 2018 13:05
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La compañía rusa Rusal, líder del aluminio en Rusia y uno los mayores productores de este metal del mundo, está al borde de la suspensión de pagos tras las sanciones impuestas por EE UU. En Bolsa, ha perdido un 50% en Bolsa.

Las nuevas sanciones de EE UU han golpeado la compañía presidida hasta marzo por el multimillonario Oleg Deripaska, que dejó el cargo hace un mes en favor de su mano derecha. Deripaska era considerado el hombre más rico de Rusia antes de la crisis financiera y llevaba 11 años al frente de la compañía.

En la Bolsa de Moscú, los títulos de Rusal se desploman un 47%. En la actualidad, la compañía evalúa el impacto de las sanciones de EE UU, anunciadas el pasado 6 de abril, que podrían resultar en una «quiebra técnica», según la nota de Rusal.

«Estamos estudiando las consecuencias de la posible insolvencia técnica en la posición financiera del grupo», ha indicado la nota. A la vez, se agrega que a día de hoy la compañía «está cumpliendo con sus obligaciones de crédito».

No obstante, se adelanta que las restricciones anunciadas por el Departamento de Tesoro de Estados Unidos «es muy probable» que tengan consecuencias «negativas» sobre las futuras actividades del gigante del aluminio. Esta mañana también bajaron un 25% en la Bolsa de Moscú las acciones del grupo En+, cuyo mayor accionista es Deripaska.

El Gobierno ruso, a su vez, prometió hoy su apoyo a las empresas afectadas por las sanciones de EE UU. «Siempre tratamos con mucha atención nuestras compañías principales con miles de trabajadores, son puestos de trabajo muy importantes para el país. Y ahora, al empeorar su situación, también lo haremos», prometió el vice primer ministro de Rusia, Arkadi Dvorkovich.

Deripaska, dueño de dos gigantes del aluminio, Rusal, y del níquel, Nornickel, y del mayor fabricante ruso de autobuses, GAZ, ya es investigado en EEUU como parte de la llamada trama rusa por sus supuestos lazos con Paul Manafort, exjefe de campaña de Trump.

Además de Deripaska, en la lista de sancionados por EEUU, entre empresas e individuos, figuran Kirill Shamalov, yerno de Vladímir Putin y uno de los principales accionistas de la empresa energética Sibur; Viktor Vekselberg, presidente de Renova, Suleimán Kerímov, que controla la compañía extractora de oro Polyus, o Vladímir Bodgánov, director de la petrolera Surgutneftegaz.

Entre los altos funcionarios figura Alexéi Miller, estrecho aliado de Putin y jefe del consorcio gasístico Gazprom; Nikolái Pátrushev, secretario general del Consejo de Seguridad; o Andréi Kostin, director del banco VTB. Los sancionados – siete oligarcas y 17 funcionarios – verán congelados sus activos bajo jurisdicción estadounidense.

La suiza Sulzer se desploma en Bolsa: su principal accionista es un empresario ruso sancionado

La suiza Sulzer se desploma un 15% en Bolsa después de anunciar que recomprará 5 millones de acciones propias a su principal accionista, el grupo ruso Renova, controlada por el oligarca ruso Victor Vekselberg, sancionado por EE UU. En éste anunció que el domingo ha llegado a un acuerdo con Renova para «minimizar alteraciones de su negocio, en virtud del cual Renova transfiere a Sulzer el control de cinco millones de acciones de esta última».

Tras esta operación, que se llevará a cabo a lo largo de esta semana, el grupo ruso, que controlaba hasta ahora casi el 63,4% del capital social de la suiza, según el diario germanófono Neue Zürcher Zeitung, poseerá un 48,83% de Sulzer. El grupo industrial suizo adquirirá las acciones a un precio medio de la cotización de sus títulos en la Bolsa helvética SIX entre el 9 y el 13 de abril.

La empresa helvética solo entregará a Renova el dinero relacionado con la compra de las acciones una vez haya recibido la confirmación jurídica de que no está expuesta al riesgo de sanciones primarias o secundarias por parte de EEUU, indicó.

Sulzer aseguró que se encuentra en contacto con las autoridades y cree que esta operación «mitigará cualquier preocupación acerca de la independencia de la compañía del grupo Renova», ha indicado. Si Sulzer adquiere los cinco millones de acciones propias de Renova tendrá que deshacerse de ellas dentro de un año, puesto que una empresa no puede controlar más del 10% de sus títulos propios según la legislación suiza.

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