Sniace cierra y deja en la calle a sus trabajadores por ‘una decisión política y quizás ideológica’ del Gobierno de España
La presidenta de Sniace, Gema Díaz Real, ha asegurado este viernes que el consejo de administración estuvo «hasta el último minuto» buscando soluciones para salvar la compañía, y ha culpado de la liquidación de la sociedad «a una decisión política y quizás ideológica» del Gobierno de España.
En un encuentro con periodistas tras participar en Santander en un reunión con el consejero de Industria, Francisco Martín, Díaz Real ha explicado que el efecto sobre Sniace del decreto sobre la cogeneración del Ministerio de Transición Ecológica «ha sido insalvable» y «da al traste» con el proceso de transformación que acometía la empresa.
A su juicio, esta situación justifica la «drástica decisión» de instar la liquidación de la fábrica de Torrelavega (Cantabria), pues no se ha podido mantener la confianza de unos inversores con los que se estaba negociando la aportación de 200 millones de euros para continuar el proceso de transformación de la compañía.
Ha insistido en que Sniace «puede tener futuro» y por ello ha pedido a los casi 540 trabajadores que van a ser despedidos que colaboren para llevar a cabo «una parada ordenada», que deje la fábrica y la maquinaria «en las condiciones óptimas» por si un inversor quiere hacerse cargo de la compañía.
Para Díaz Real, Sniace tiene «un proyecto fantástico» para poner en marcha a partir del 1 de julio una nueva línea de productos biodegradables y dispersables sustitutivos del plástico, «lo que supone que esta compañía tiene y ello puede dar futuro a una comarca -la del Besaya- que se lo merece».
A preguntas de los periodistas, la presidenta de Sniace ha insistido en que el decreto sobre cogeneración «da al traste con unos años muy intensos de transformación de la compañía en una de economía circular con muchísimas proyecciones de futuro».
Como ejemplo, ha resaltado que el decreto tiene un impacto en las cuentas de la compañía estimadas en 45 millones de euros anuales, además de otros nueve en capital circulante necesario para atender los pagos del proceso concursal en el que aún esta inmersa la empresa tras la crisis de 2013.
También ha recordado que en estos momentos se estaba renegociando parte de la deuda concursal para poder dar continuidad al proyecto industrial, negociaciones que no han fructificado tras conocerse los efectos del decreto sobre la cogeneración.
Preguntada por la postura del máximo accionista de la compañía respecto al futuro de Sniace, Sabino García Vallina, presidente y fundador del grupo asturiano de ingeniería TSK, Díaz Real ha asegurado que «ha perdido todas sus millonarias inversiones».
Además, ha afirmado que «no ha lugar» la reunión pedida por el comité con García Vallina para analizar el futuro de Sniace, ya que es «un accionista más», pero al que se le debe agradecer «que lo ha dado todo» por esta compañía y ha sido una persona «muy implicada», por lo que ahora «merece que le respeten sus decisiones».
La presidenta de Sniace ha lamentado el «momento muy crítico» por el que pasan los trabajadores que van a ser despedidos, y ha afirmado que el consejo de administración «había puesto mucha ilusión» durante los últimos años en la transformación de la empresa y la entrada «de una fuerte inversión económica».
Junto a ello, ha culpado a Cogen Energía España de haber tomado la decisión de rescindir de forma anticipada, a partir del próximo 29 de febrero, el contrato de arrendamiento y gestión para explotar la planta de cogeneración de Sniace en Torrelavega.
A su juicio, esta decisión «hace inviable» para Sniace seguir adelante con su proyecto industrial, ya que no dispone de la cantidad económica necesaria para hacer frente a los suministros de gas en el caso de gestionar la planta de manera directa, planta necesaria para los procesos fabriles.