Telefónica avanza en un ‘plan B’ por si fracasa la venta de O2
Telefónica avanza en un «plan B», con opciones como la venta de participaciones no estratégicas o la supresión del dividendo en efectivo en 2016 y 2017, ante el eventual veto de Bruselas a la venta de su filial británica O2 a Hutchison, que, según los analistas, la operadora ya da por «perdida».
«La propia compañía ya lo da por perdido. Es un cambio de actitud muy relevante», ha señalado a Efe el analista de Ahorro Corporación Luis Padrón, a quien ha sorprendido esa actitud tan «negativa en la negación» de la viabilidad de la operación, «cuando además hay plazo todavía y hay opciones disponibles».
Esto se debe, a su juicio, a que «lo deben tener más que asumido» o a que tienen «más avanzado ese ‘plan B'», del que está «muy, muy pendiente el mercado».
La Comisión Europea (CE) tiene hasta el próximo 19 de mayo para tomar una decisión definitiva sobre la venta al grupo hongkonés, valorada en 10.250 millones de libras (unos 13.000 millones de euros), un proceso que ha coincidido con la campaña sobre el referéndum sobre el «Brexit» (salida del Reino Unido de la Unión Europea), que se celebra el 23 de junio.
Hace una semana, el regulador británico de la competencia pidió a la CE que prohibiese o impusiese estrictas condiciones a la venta, al considerar que perjudicaría la competencia en este país, a lo que la Comisión respondió que tomaba nota de esa «grave preocupación».
El analista de SelfBank Felipe López tiene claro que hay «un componente político» en la decisión.
«Evidentemente, la Comisión Europea no quiere un ‘Brexit’ y sí que se habla de que los partidarios del ‘Brexit» podrían poner como uno de los argumentos para convencer a los ciudadanos de irse de la UE el hecho de que al final se acepte esta operación y digan: ‘Bueno, es que ya el Gobierno británico no tiene ningún tipo de influencia en las instituciones europeas'», ha señalado.
También ha destacado cómo, pese a las informaciones sobre un eventual «no» a la venta, «tampoco parece que Telefónica esté sufriendo mucho en Bolsa», lo que, a su juicio, puede indicar que «el mercado está descontando que no se vaya a aceptar la operación».
El «plan B» a la venta de O2 «no serán alternativas de golpe», como era ésta, según el analista de Ahorro Corporación, sino distintas opciones «que van a llevar más tiempo».
Entre ellas, figuraría la venta de participaciones no estratégicas, entre las que UBS cita las que la operadora tiene en BBVA y China Unicom, aunque también apunta otras opciones como recurrir a emisiones de bonos híbridos, bonos convertibles o ampliaciones de capital.
Otras alternativas son la venta parcial de O2 a compradores diferentes, como Sky o Liberty; la colocación parcial de la filial británica en bolsa; la venta parcial o salida a bolsa de Telxius, la nueva división de infraestructuras, una operación que ya está en marcha, o la suspensión del dividendo en efectivo en 2016 y 2017.
Padrón ha destacado «el ahorro muy importante», que ha cuantificado en 3.731 millones de euros, que supondría para la compañía pagar todo el dividendo en acciones, por lo que ha apostado por que Telefónica buscará una «fórmula mixta».
Ha recordado que el objetivo de Telefónica era cerrar 2016 con un ratio de deuda neta frente a ebitda por debajo de 2,35 veces con la venta de O2, pero, con el nuevo escenario, «tendrá que confirmar si es o no es» ese el objetivo o «si se dilata en el tiempo».
«De aquí a final de año, no va a dar tiempo llegar a la desinversión de activos que daría la venta de O2. A lo mejor, tiene que relajar el objetivo de deuda neta/ebitda para finales de año y buscar una fórmula de retribución mixta», ha añadido.
UBS, por su parte, calcula que si Telefónica no cierra la venta de O2, su ratio deuda neta/ebitda de 2016 aumentaría a 3,3 veces desde 2,9 veces, ya que esta transacción es «clave» para el desapalancamiento del grupo.
Telefónica cuenta con unas calificaciones crediticias entre aprobado alto y aprobado (BBB+ para Fitch, Baa2 para Moody’s y BBB para S&P), lo que reconoce una capacidad aceptable para hacer frente a los pagos y una cierta sensibilidad a un entorno adverso. EFECOM