Un accionista del Sabadell, abucheado en la Junta al pedir la libertad para los ‘presos políticos’

Un accionista del Sabadell, abucheado en la Junta al pedir la libertad para los ‘presos políticos’

19 abril, 2018
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Actualizado: 19 abril, 2018 22:40
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Víctor Baeta, ha acusado al presidente Oliú de vincularse con el político de Ciudadanos Albert Rivera pese a que cree que es «una mala apuesta», y ha provocado los abucheos de parte de la junta general de accionistas al pedir al presidente y al resto del consejo que «abogue por la libertad de los presos políticos».

El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha afirmado que la entidad «no tiene ni tendrá una posición política» y ha defendido la toma de decisiones «adecuadas» cuando se producen cuestiones políticas ajenas, como por ejemplo el cambio de la sede social a Alicante tras el referéndum ilegal del 1-O.

La supuesta vinculación del Sabadell a los partidos políticos ha sido una de las cuestiones que le han planteado los accionistas en la junta general al presidente Oliú, durante la primera reunión de este órgano celebrada fuera de Cataluña, concretamente en Alicante, donde el banco llevó su domicilio social debido a la incertidumbre política y económica que originó el 1-O.

El primer accionista que ha intervenido, Víctor Baeta, ha acusado al presidente Oliú de vincularse con el político de Ciudadanos Albert Rivera pese a que cree que es «una mala apuesta», y ha provocado los abucheos de parte de la junta general de accionistas al pedir al presidente y al resto del consejo que «abogue por la libertad de los presos políticos».

En la réplica, el presidente del Sabadell ha sostenido que «el banco nunca ha tenido ni tendrá ninguna posición política» y ha continuado que «así se ha hecho en todo momento», en los últimos tiempos.

Según Oliú, el consejo de administración sí hizo cambiar el domicilio social para «adaptar la situación al momento» en una coyuntura que era «estrictamente necesaria» por la «inquietud» generada por el 1-O.

Cuotas participativas de la CAM

A una pregunta sobre las quejas de los clientes de la antigua Caja Mediterráneo (CAM) que compraron cuotas participativas (acciones sin derechos políticos), Oliú ha recordado que la adquisición de la entidad alicantina dejó fuera este tipo de producto, y no así a las participaciones preferentes, que sí fueron compensadas.

Ha aprovechado este asunto para añadir que la adquisición de la CAM «no fue un gran regalo» debido a «las pérdidas» de la extinta caja alicantina.

También ha habido varias intervenciones pidiendo que el Sabadell no tenga relación con empresas del ámbito armamentístico, a lo que Oliú ha contestado que «no se va a dejar de financiar al sector de la Defensa» ya que «desgraciadamente los países y las democracias deben defenderse».

En todo caso, ha recordado los mecanismos de control de la entidad para «no financiar cualquier actividad de armas controvertidas y no invertir en operaciones sujetas al embargo de armas».

El turno de preguntas y respuestas se ha producido después de varios discursos, entre ellos el del propio Oliú, donde ha defendido la decisión de trasladar su sede social y fiscal a Alicante, un acuerdo que el consejo de administración tomó «con firmeza y unanimidad» y que fue ejecutado, ha dicho, de forma «impecable» por parte del equipo directivo.

Ha recordado que los acontecimientos políticos de Cataluña tuvieron un impacto importante en la actividad bancaria y económica de octubre, pero que su alcance fue «de carácter limitado y temporal», después de que se recuperara la confianza en las instituciones «tras los movimientos empresariales y políticos que conocemos».

Ante los accionistas, Oliu ha repasado también los resultados del ejercicio 2017, en que el Sabadell alcanzó un beneficio neto de 801 millones de euros, un 12,8 % más que en 2016.

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