¿De qué está hecho nuestro ADN digital?

¿De qué está hecho nuestro ADN digital?

06 marzo, 2018
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Actualizado: 06 marzo, 2018 16:38
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En el mundo virtual, el ADN del usuario está formado por todos los datos que circulan por la red: perfiles sociales, uso de aplicaciones móviles, búsquedas en Google… Hocelot, compañía 100% de capital español especializada en la obtención y verificación de datos de personas físicas en tiempo real, ayuda a las empresas a complementar el perfil del cliente gracias al servicio Data Enrichment, que permite a las organizaciones enriquecer la información que ya poseen con datos y variables añadidos recabados de fuentes públicas que desconocían.

Los motores de búsqueda cuentan con un porcentaje de acierto del 80%, por ello es cada vez más frecuente que las empresas realicen grandes inversiones en este ámbito con el fin de optimizar la búsqueda de información. “En los últimos 2 años se han generado más datos que en toda la historia de la humanidad; sin embargo, la acumulación de información no tiene valor por sí misma si no se pueden realizar las preguntas adecuadas”, explica Antonio Camacho, fundador de Hocelot.

En plena era digital, las bases de datos que recaban toda la información que comparten los usuarios parecen quedarse pequeñas. La mayor parte de las empresas todavía no son capaces de recopilarla para hacer una radiografía perfecta e individualizada de cada usuario.

¿De qué se compone nuestro ADN digital?

En este sentido, la relevancia de nuestro ADN digital es totalmente irrefutable: según el último informe de Adecco, el 87% de las empresas españolas consulta lo que publican los candidatos en redes sociales antes de contratarlos. ¿De qué se compone nuestro ADN digital?

1. RRSS y servicios web: las redes sociales se han convertido en la principal fuente de datos personales públicos. A través de este medio se puede obtener acceso a datos tan importantes como las consultas de búsqueda, intereses, rango de edad, comportamiento de compra, música, amigos, familiares, etc.

2. Cookies y apps: por medio de las cookies se puede clasificar al usuario almacenando su historial de actividad, mientras que la Inteligencia Artificial de las apps para Smartphones permiten analizar el comportamiento del usuario en una app, sus preferencias y el tiempo y hábito de uso.

3. Fuentes públicas: existen numerosas vías públicas para la obtención de información, una fuente hasta ahora desconocida para la mayoría de las empresas. Conscientes de ello, Hocelot realiza un estudio exhaustivo de todas estas fuentes públicas para poder aportar un valor extra a la información que las empresas ya poseen.

“Todos estos datos no son suficientes para poder identificar de manera individual a cada usuario. Data Enrichment, en cambio, aporta más de 50 variables nuevas, objetivas y reales a los datos que ya existen del cliente”, comenta Antonio Camacho. Gracias a esta información, las empresas no sólo poseen un mayor conocimiento de sus clientes, sino que son capaces de relacionar estos datos de forma unívoca con cada persona física.

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