Un eventual derrumbe de la gran presa de Mosul causaría «una catástrofe»
Yaser Yunes
Mosul (Irak), 7 feb.- «Si se desplomara la presa, el agua se precipitaría con fuerza y una ola de 110 metros avanzaría hacia el valle del río Tigris, en dirección a Mosul», señaló a Efe un experto que sigue la alerta de un posible derrumbe de la presa de Mosul, en el norte del Irak.
El investigador internacional de políticas hídricas, Ramadan Hamza, considera que en caso de derrumbe «la catástrofe humanitaria» sería «una pesadilla para el Gobierno iraquí, por la incapacidad que tiene actualmente para afrontar una tragedia de esta envergadura».
Para Hamza, el riesgo de que colapse el muro del embalse existe. Las autoridades iraquíes, sin embargo, descartan por el momento esta posibilidad, aunque han comenzado los trabajos para arreglar la presa y los preparativos ante una eventual emergencia.
El ministro de Recursos Hídricos iraquí, Mohsen al Samari, afirmó ayer en una entrevista al canal iraquí Al Sumaria que las posibilidades de derrumbe son del «uno por mil»·
Una impresión que también comparte el vicepresidente del Consejo Local de Nínive, Nordín Qablán, quien dijo a Efe esta semana que la presa no corre riesgo y los trabajos para repararla continúan.
Qablán explicó que una de las compuertas inferiores de la presa sufre una «avería sencilla» y se está trabajando para solucionarla.
Contrariamente a estas opiniones, Hamza apuntó que los bombardeos aéreos que lanzó la coalición internacional, encabezada por EE.UU., contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) para expulsarlo del embalse que capturó en 2014 podrían haber afectado la estabilidad de sus instalaciones.
«Además, durante el control yihadista de la presa no se le efectuaron obras de mantenimiento y reparación», agregó.
En ese sentido, Hamza destacó la debilidad del terreno donde fue construida la presa, que está compuesto por arena rocosa vidriosa, lo que representa el «verdadero peligro».
Además, dijo que las grietas ocasionadas en la estructura de la presa, por las que se filtra el agua, es necesario tratarlas con inyecciones de cemento resistente.
«Para evitar una tragedia es preciso tratar la situación con una gran seriedad, antes de que sea tarde», indicó el experto, que subrayó la importancia de salvar la presa «porque es una reserva estratégica para la seguridad hídrica y alimentaria de Irak».
A finales de 2015, el embalse almacenaba alrededor de 4.000 millones cúbicos de agua, según Hamza, que añadió que EE.UU. suministró a Bagdad veinte millones de dólares para adquirir los equipamientos y material para efectuar las obras necesarias.
Ante las informaciones sobre los riesgos de un posible accidente, el gobernador de la provincia de Nínive, de la que Mosul es su capital, Nofel Hamadi al Sultán, anunció recientemente en una rueda de prensa celebrada en la propia presa la formación de una sala de crisis para prepararse para cualquier emergencia que pudiera suceder.
El responsable iraquí destacó que su visita a la presa -donde llegó acompañado de varios expertos en los ámbitos de la ingeniería, los embalses y la electricidad- tuvo como objetivo informarse sobre las operaciones de mantenimiento que se realizan en ella.
Asimismo, dijo que había conversado con efectivos de la Defensa Civil y otras formaciones de apoyo para afrontar cualquier peligro de la presa que pueda amenazar a Mosul y otras ciudades.
Al Sultán indicó que hizo un recorrido por las instalaciones del lugar para recabar informaciones y para que la Gobernación se prepare para presentar todas las facilidades a la compañía italiana Trevi, que se hará cargo del mantenimiento de la presa.
El responsable de seguridad de la presa, Mohiedin al Mazuri, dijo en declaraciones a Efe que el Parlamento italiano acordó el envío de 450 soldados al lugar para garantizar la seguridad de la compañía Trevi, aunque se quejó de que todavía no han llegado.
La presa genera una energía eléctrica de alrededor de 800 megavatios y se extiende sobre una superficie de 45 kilómetros de largo, que llega hasta zonas próximas a la frontera siria.
Fue diseñada para liberar 17.000 metros cúbicos de agua por segundo en caso de emergencia.
Un consorcio de compañías alemanas e italianas fue el encargado de su construcción en el curso del río Tigris entre los años 1981 y 1986, y tuvo un coste de 2.600 millones de dólares.
El EI conquistó la presa cuando irrumpió en el norte de Irak en junio de 2014 y las fuerzas mixtas kurdas e iraquíes recuperaron su control varias semanas después, tras violentos enfrentamientos.EFE