El sector de capital riesgo o private equity se encuentra en camino de recibir una gran inyección de capital. La reciente aprobación de la Ley Crea y Crece, que permite a los inversores minoristas participar en fondos desde 10.000 euros, ha abierto la puerta a la entrada de más de un millón de nuevos inversores, con un capital potencial que podría alcanzar los 43.000 millones de euros. Estas cifras provienen del informe ‘Presente y futuro de la inversión minorista en Private Equity en España’, realizado por la firma EY en colaboración con la gestora Crescenta.
«Los reguladores están reconociendo que esta clase de inversión, anteriormente reservada para grandes inversores institucionales, ofrece altas rentabilidades, y buscan que los minoristas también puedan aprovechar estas oportunidades. La democratización del capital privado es una tendencia creciente en Europa», comentan Eduardo Navarro y Ramiro Iglesias, presidente y CEO de Crescenta. Añaden que la Comisión Europea ha observado que las generaciones más jóvenes tienen una mayor tolerancia al riesgo, impulsada en parte por el auge de activos como las criptomonedas, lo que hace que el private equity sea una opción atractiva, además de contribuir al crecimiento económico de los países miembros.
Con la aprobación de la Ley Crea y Crece en septiembre de 2022, se redujo el monto mínimo de inversión inicial en capital riesgo para los minoristas de 100.000 a 10.000 euros, aunque los inversores deben contar con un patrimonio superior a 100.000 euros. Además, la inversión debe ser realizada a través de una entidad que ofrezca asesoramiento financiero autorizado.
Falta de conocimiento sobre la rentabilidad del capital riesgo
De acuerdo con el informe de EY y Crescenta, basado en encuestas a casi 600 inversores minoristas, más del 60% de estos inversores considera que el private equity ofrece un retorno inferior al 15% anual. Sin embargo, muchos de los principales fondos a nivel mundial, como los gestionados por CVC, EQT o Cinven, han logrado superar estas cifras ampliamente. Esta percepción errónea se atribuye en gran parte al desconocimiento y la desconfianza generada por otros productos de inversión, según destaca el informe.
El principal obstáculo para una mayor participación de los minoristas en el capital riesgo sigue siendo la falta de información sobre este tipo de inversión. Aunque el 82% de los inversores no profesionales muestra interés, el 36% indica que necesitaría más información y formación antes de comprometer su capital en este sector. Sin embargo, la tendencia es prometedora: casi el 60% de los encuestados estaría dispuesto a invertir el mínimo legal de 10.000 euros, mientras que un 33% consideraría destinar más del 10% de su patrimonio financiero, que es el límite actual permitido, y el 7% restante invertiría un porcentaje aún mayor si la normativa lo permitiese.