Las filiales francesas ganan terreno a las espaƱolas en Portugal
BƔrbara Almeida
Lisboa, 31 ene.- Las empresas francesas radicadas en Portugal han ganado terreno a las espaƱolas, lĆderes desde el aƱo 2000, y se han convertido ya en las que mĆ”s aportan a la economĆa portuguesa.
Según los últimos datos disponibles, correspondientes a 2014, las filiales francesas, a pesar de ser menos numerosas que las españolas, son las que mÔs peso tienen en Portugal.
En tĆ©rminos de Valor Agregado Bruto (VAB) -que mide el valor económico creado por las empresas-, Francia generó el 17 % del total, equivalente a 2.600 millones de euros, ligeramente por encima del creado por las compaƱĆas espaƱolas (16,6 %) y las alemanas (16,2 %).
El director de la CÔmara de Comercio e Industria Luso-Francesa, Laurent Marionnet, explicó a EFE que son varios los atractivos a la inversión en territorio luso.
De entrada, Portugal presenta un marco jurĆdico muy próximo al francĆ©s, lo que simplifica la creación e implantación de empresas.
«Gran parte de las empresas que optan por Portugal lo hacen porque las condiciones son favorables, muchas veces en asociación con empresas nacionales», explicó Marionnet.
Si se compraran los datos entre 2010 y 2014 -coincidiendo con los peores momentos de la grave crisis económica que azotó el paĆs-, el peso de EspaƱa en este capĆtulo retrocedió mĆ”s de un 26 %, en contraste con la relevancia de las empresas francesas, que crecieron un 5,2 %.
El presidente de la Agencia para la Inversión y Comercio Externo de Portugal (AICEP), Miguel Frasquilho, no dio en detalles sobre el declive español y prefirió realzar el atractivo que Portugal ejerce sobre la inversión forÔnea.
Ā«La cuestión de la inversión en Portugal, venga de donde venga, se debe al hecho de que el paĆs ofrece un conjunto de apoyos y beneficios muy competitivos en tĆ©rminos europeosĀ», dijo a EFE.
Al igual que otras naciones europeas, Portugal abrió sus puertas a las empresas extranjeras para contribuir a la generación de empleo, riqueza e innovación para el paĆs.
Eso implica, por ejemplo, que no haya ningún tipo de discriminación entre empresas nacionales y extranjeras, ya sea a nivel fiscal o de beneficios.
«Una empresa puede obtener, en el caso mÔximo, apoyos e incentivos que pueden representar 25 % de los gastos totales», estimó el presidente de la AICEP.
SegĆŗn el Instituto Nacional de EstadĆstica (INE) luso, las empresas extranjeras, sobre todo las europeas, emplearon el aƱo pasado a 364.000 trabajadores, equivalente al 8 % de la población con trabajo en el paĆs.
Para Frasquilho, es natural que los vecinos espaƱoles aĆŗn tengan mayor presencia como socios económicos, dada la proximidad geogrĆ”fica, lingüĆstica e histórica.
La fuerte caĆda registrada durante la crisis por el sector de la Construcción e Inmobiliario en EspaƱa explica en buena parte el retroceso en suelo luso de las compaƱĆas del paĆs vecino.
El ascenso de Francia en Portugal se centra en sectores como el del automóvil, el aeroespacial o los centros de servicios compartidos.
Es el caso de ANA, la principal gestora de aeropuertos de Portugal, un antiguo gigante estatal que fue privatizado y estĆ” actualmente controlado por los franceses de Vinci.
AdemĆ”s, el empresariado francĆ©s ya manifiesta el interĆ©s en la subcontratación de firmas lusas para el Ć”rea de la mecĆ”nica del automóvil, pero tambiĆ©n la aviación, industria hotelera, economĆa sĆ©nior y nuevas tecnologĆas.
La Ćŗltima prueba de este renovado interĆ©s de ParĆs en Portugal es la compra de la operadora Portugal Telecom por parte de Altice, una operación valorada en 7.400 millones de euros. EFE