40 años perdiendo productividad y 50 con baja ocupación en España, según Fedea
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ha advertido este martes de que España lleva 40 años perdiendo productividad respecto a la media de los países de la OCDE y 50 años con un problema de baja ocupación.
Así lo ha indicado el director de Fedea, Ángel de la Fuente, durante la presentación del informe «Renta per cápita y productividad en la OCDE de 1960 a 2022», en el que se analiza la evolución de la renta, el empleo y otros agregados económicos en una muestra de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) desde 1960 hasta 2022.
La renta per cápita en España «tiene un techo» y «nunca ha conseguido llegar a la media» de la citada muestra de países, siempre ha estado 10 puntos porcentuales por debajo, ha indicado de la Fuente, quien ha detallado que actualmente España está 20 puntos por debajo, donde estaba en el año 1970.
«Hemos desandado todo lo que habíamos llegado a andar», ha insistido el director de Fedea, quien ha dejado claro que la productividad en España tuvo un comportamiento extraordinario hasta 1980 pero, a partir de entonces, «ha ido perdiendo terreno».
El informe apunta a que «en las últimas dos décadas, la tasa de ocupación relativa ha vuelto a girar a la baja y la productividad ha tendido a estancarse en el mejor de los casos», lo que explicaría esa «nueva pérdida de renta relativa que devuelve (a España) al nivel de 1970».
En la presentación del estudio también ha estado la directora de Proyectos Internacionales del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), Matilde Mas, quien ha querido llamar la atención sobre los problemas más importantes relacionados con la productividad.
Uno de ellos es la digitalización, un fenómeno que exige tener trabajadores talentosos que conozcan cómo sacar el provecho de las nuevas tecnologías y que se trata de un «factor escaso» en todo el mundo, ha dicho Mas.
A su juicio, esto es así porque son las empresas más productivas la que se pueden permitir pagar sueldos más altos y por tanto incorporarlos a sus plantillas, lo que genera una brecha cada vez más amplia respecto a las empresas menos productivas.
La elevada temporalidad y el desempleo de larga duración son otros de los problemas a los que se ha referido Mas, quien ha considerado que también existe una formación desvinculada de las necesidades del mercado de trabajo y una reducida inversión en I+D.
De vuelta al informe, otra de las conclusiones, ya de manera más general, señala que las sociedades que han sido capaces de mejorar sus niveles de renta per cápita y productividad lo han hecho sobre la base de incentivar la inversión, la mejora de su capital humano y la innovación.
Todo ello, mediante instituciones que aseguran un buen funcionamiento del Estado de derecho y un grado elevado de seguridad jurídica, administraciones públicas eficientes y bajos niveles de corrupción.