Álvarez ya habla de la jornada de 32 horas tras el desacuerdo con la CEOE de la 37,5
La reducción de la jornada laboral sigue siendo un tema clave en el diálogo social, pero las posiciones entre los actores implicados no logran un consenso total. Mientras el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, calificó el acuerdo con el Gobierno para establecer una jornada laboral de 37,5 horas semanales como «una estación de paso» hacia el objetivo final de las 32 horas, la CEOE, liderada por Antonio Garamendi, ha mostrado reticencias y rechazó un pacto en este sentido.
Álvarez, durante el Congreso Confederal de UGT celebrado en Barcelona, subrayó que avanzar hacia una jornada más corta es esencial para equiparar las condiciones laborales de España con las de países como Alemania.
Sin embargo, Garamendi, presente en el mismo evento, destacó que aunque no siempre se alcanzan acuerdos en temas como este, «se pactan los desacuerdos», una práctica que considera fundamental para mantener la paz social en el país.
El desacuerdo sobre la jornada laboral refleja una de las pocas grietas en una relación que ha producido más de 21 acuerdos entre el Gobierno, los sindicatos y la patronal en los últimos años. Según Garamendi, estos acuerdos son fruto de una negociación colectiva sólida, que aporta estabilidad al tejido empresarial y laboral del país. No obstante, la CEOE insiste en que las decisiones sobre reducciones de jornada deben gestionarse a través de convenios colectivos específicos, adaptados a cada sector y empresa, y no mediante imposiciones generales.
Garamendi critica el «desacuerdo» en la reducción de la jornada laboral
«El diálogo social es la mejor infraestructura que puede tener un país, que es la paz social», ha indicado Garamendi, ante la mirada del secretario general de UGT, y en un acto en el que también estaba presente la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el líder de CCOO, Unai Sordo, y el presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva.
En este contexto, Álvarez defendió que los avances en materia laboral no se podrían haber logrado sin un Gobierno de izquierdas y destacó hitos como la reforma laboral, la subida del Salario Mínimo Interprofesional en un 75 % desde 2016 y la sostenibilidad del sistema de pensiones hasta al menos 2050.
«Ya está bien de cuestionar de manera permanente el sistema de pensiones, que solo tiene un interés que es dar vida al sistema privado de pensiones», ha afirmado.
Por otro lado, durante su discurso, ha rechazado la idea de que los sindicato viven de subsidios y ha dicho que, en los últimos 4 años, la organización ha trabajado para ampliar la presencia de UGT en los centros de trabajo, de tal manera que el número de delegados ha crecido un 20 %.
Por su parte, Garamendi reconoció la importancia de sindicatos fuertes como UGT, pero insistió en la necesidad de «independencia» y «lealtad institucional» para preservar el sentido de Estado.
Mientras tanto, el tema de la jornada laboral sigue siendo un punto de fricción. Aunque la mesa de diálogo social para este asunto se haya cerrado sin un consenso, las partes parecen conscientes de que la negociación seguirá siendo clave para abordar las transformaciones del mercado laboral en un contexto de mayor digitalización y nuevas formas de trabajo. El camino hacia las 32 horas, según los sindicatos, aún tiene margen, pero la patronal aboga por un enfoque más gradual y adaptado.