BCE, en la encrucijada de subir tipos tras seis años a cero
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.

BCE, en la encrucijada de subir tipos tras seis años a cero

07 marzo, 2022
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Actualizado: 07 marzo, 2022 0:04
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El 10 de marzo se cumplen seis años desde que el Banco Central Europeo (BCE) decidiera dejar los tipos de interés a cero, y aunque el mercado esperaba una normalización de la política monetaria este mismo año para controlar la inflación, las tensiones geopolíticas ha puesto en una encrucijada al organismo.

Los analistas coinciden en que el conflicto desatado en Ucrania tras la invasión rusa, y las sanciones financieras impuestas a Moscú por la comunidad internacional impactarán en la economía global y elevarán aún más la inflación tras el fuerte alza que ha experimentado el precio de la energía.

Tras la recuperación económica provocada por la pandemia, los bancos centrales se encaminaban a una normalización de su política monetaria con el fin de controlar la inflación, que se mantienen en niveles históricamente altos.

En el caso de la Eurozona, la inflación escaló al 5,8 % en febrero, siete décimas más que el dato previo, según la estimación preliminar publicada esta semana por la oficina de estadística comunitaria, Eurostat.

El mercado descuenta varias subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) en 2022, y barajaba la posibilidad de que el BCE diera también el paso a finales de este año.

Esta misma semana, el presidente de la Fed, Jerome Powell, anunció que propondrá una subida de los tipos de interés de 0,25 puntos en la reunión de este mismo mes, aunque reconoció que la invasión rusa de Ucrania tendrá efectos que aún son «altamente inciertos» para la economía estadounidense.

Asimismo, en las actas de la última reunión del BCE, publicadas hace unos días, el organismo plantea una normalización prudente de la política monetaria debido a los riesgos geopolíticos.

Los expertos coinciden en que el BCE finalmente no subirá los tipos este año, y que, incluso, podría mantener su programa de compra de deuda lanzado para hacer frente a la crisis del coronavirus.

Los analistas de Edmon de Rothschild consideran que dada la persistencia de la inflación y tras las sanciones impuestas a Rusia, los bancos centrales «podrían aliviar el impacto sobre el crecimiento dando marcha atrás en sus planes y retrasando o suavizando las subidas de tipos».

En su opinión, el reto para estos organismos es calibrar las subidas de tipos de interés para reducir la inflación, pero sin poner en peligro la recuperación.

El estratega senior de La Française AM, François Rimeu, advierte de que el conflicto entre Rusia y Ucrania podría dañar la economía europea y, como consecuencia, los bancos centrales se enfrentarán «a un dilema», ya que se verán «obligados a elegir entre dos opciones».

Ambas opciones, advierte, podrían tener efectos negativos en la economía.

La primera sería, según el estratega, respetar sus mandatos y continuar con el endurecimiento de la política monetaria para luchar contra la creciente inflación.

No obstante, cree que con la demanda de los consumidores potencialmente bajo presión, ésta es una opción difícil de tomar y podría tener efectos negativos sobre el crecimiento.

La segunda que baraja sería retrasar las subidas de tipos hasta que la situación se calme, lo que implicaría correr el riesgo de que la inflación se consolide.

Por el momento Rimeu no espera que el riesgo geopolítico impida que la Fed suba los tipos de forma constante, aunque sobre el BCE explica que podría estar ante una situación diferente, ya que el conflicto podría tener un efecto negativo más fuerte en el crecimiento del Viejo Continente.

Los analistas de Renta4 creen que la evolución de las tensiones entre Rusia y Occidente será el factor que determinará el grado de impacto en el ciclo económico y en la inflación, y, por consiguiente, en la reacción de los bancos centrales, especialmente del BCE, en lo que respecta al ritmo de normalización de sus políticas monetarias.

Una normalización que, según barajan, se podría retrasar ante el incremento de la incertidumbre.

Consideran que la próxima reunión del BCE, del 10 de marzo, será muy importante, al incluir una revisión del cuadro macroeconómico de Europa, que podría dar una mejor idea del impacto que tendrá la situación actual.

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