Caixabank, en la recta final de la integración total con Bankia

Caixabank, en la recta final de la integración total con Bankia

16 septiembre, 2021
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Actualizado: 16 septiembre, 2021 16:08
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Cerrado el frente laboral, la fusión entre CaixaBank y Bankia afronta ahora el último paso clave para culminar la fusión: la integración tecnológica, que será una realidad el próximo 12 de noviembre.

Un año después de que los consejos de administración de CaixaBank y Bankia dieran luz verde a la fusión para crear el mayor banco de España, la entidad afronta el último paso de este largo proceso, su integración tecnológica, tras haber unificado equipos directivos, plantilla y marca en toda la red.

La organización se ha «volcado» en estos doce meses en conseguir los retos principales que se había marcado: impulsar la actividad comercial, alcanzar un acuerdo laboral para el ajuste de la plantilla, revisar la operativa conjunta de costes e ingresos y consolidar su fortaleza financiera.

«Hemos avanzado mucho y rápido en los últimos meses, y lo hemos hecho en tiempo y forma, sin abandonar en ningún caso nuestra vocación de servicio al cliente. Como dijimos en su momento, no solo queremos realizar la mayor integración de la historia, sino también la mejor», ha destacado el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en declaraciones a EFE.

El bombazo informativo saltó el 3 de septiembre, cuando trascendió que CaixaBank y Bankia, dos de los cuatro grandes bancos del país, estudiaban su fusión, dando lugar así a la integración bancaria de más peso de los últimos años.

La absorción de Bankia por parte de CaixaBank, que ya estaba muy encarada, recibió el visto bueno de los consejos de administración de ambos bancos el 17 de septiembre, y a partir de ahí se allanó el camino para crear un gigante bancario español.

El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha valorado el trabajo realizado en el último año y ha señalado a EFE que la fusión ha demostrado ser «la mejor opción para mejorar la eficiencia del grupo y su capacidad de inversión, dotándole de mayor robustez financiera y una rentabilidad sostenible».

«Y también es la decisión acertada para afianzar al banco en una posición de fortaleza para apoyar a las familias y empresas en estos momentos de recuperación», ha agregado.

LA ECUACIÓN DE CANJE, EL SECRETO MEJOR GUARDADO

Las conversaciones entre ambas entidades sirvieron para definir que José Ignacio Goirigolzarri, hasta entonces presidente de Bankia, sería el nuevo presidente de la entidad fusionada, mientras que Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, se mantendría como primer ejecutivo.

Consensuado también que el nuevo banco se llamaría CaixaBank y que la marca Bankia desaparecería, la ecuación de canje pasó a ser el secreto informativo mejor guardado, porque permitía definir el peso de cada entidad en el banco resultante.

Finalmente se dio a conocer la ecuación de canje, de 0,6845 acciones ordinarias nuevas de CaixaBank por cada acción de Bankia, de forma que CaixaBank se hacía con el 74,2 % del nuevo grupo bancario y Bankia con el 25,8 % restante.

EL ESTADO, SEGUNDO ACCIONISTA

Fruto de la integración, ambas cúpulas bancarias acordaron que la Fundación Bancaria La Caixa tendría el 30 % de la nueva entidad y que el FROB, es decir, el Estado, controlaría un 16 %, en tanto que primer accionista de Bankia, con un 61,81 %.

La nueva entidad se convertía así en el banco de referencia en España, con más de 20 millones de clientes, 6.700 sucursales repartidas por más de 2.200 municipios de España y con más de 664.000 millones de euros en activos.

AVAL DE LAS JUNTAS

Con todo, para llevar adelante la fusión aún quedaba obtener el visto bueno de las Juntas Generales de Accionistas tanto de Bankia como de CaixaBank, que aprobaron la operación los días 1 y 3 de diciembre, respectivamente, en la que fue la última Junta como presidente de CaixaBank para Jordi Gual.

Desde el primer momento la fusión se justificó por la necesidad de obtener un tamaño crítico para mejorar la eficiencia, tener mayor robustez financiera y ganar rentabilidad y capacidad de inversión. La previsión era obtener unas sinergias entre ambas entidades superiores a los 1.000 millones, unos 290 millones por mayores ingresos y unos 770 millones en ahorros de costes.

Gonzalo Gortázar ha subrayado, en este sentido, que «el esfuerzo ha merecido la pena», puesto que esta operación «ya está siendo beneficiosa, y lo será aún más, tanto para los clientes como para los accionistas».

Desde el anuncio de la fusión, ha recordado el directivo, la acción de CaixaBank se ha revalorizado un 45,5 % y la entidad ya ha anunciado su intención de repartir en dividendos el 50 % del beneficio operativo.

UNA DIRECCIÓN COMPARTIDA EN UN BANCO CON MARCA UNIFICADA

Antes de culminarse formalmente la fusión, CaixaBank ya dio a conocer la composición del nuevo comité de dirección surgido de la integración de ambos bancos, que se acordó que tuviera 14 miembros, 11 de los cuales procedentes del banco catalán y los otros tres de Bankia.

Asimismo, el nuevo banco nació con un consejo de administración de 15 miembros: dos consejeros ejecutivos, tres dominicales, nueve independientes y un externo.

EL ERE Y EL SUELDO DE GOIRIGOLZARRI, DOS OBSTÁCULOS

Para que la fusión siguiera avanzado, CaixaBank tuvo que superar dos obstáculos, uno de carácter laboral, como un ERE, y otro en términos de imagen, como fue el aumento salarial de José Ignacio Goirigolzarri, fruto de su paso de Bankia, donde su salario estaba limitado por recibir la entidad ayudas estatales, a CaixaBank.

Ambos asuntos centraron la atención de la Junta de Accionistas celebrada a mediados de mayo, en la que el FROB incluso votó en contra del salario del presidente.

El otro foco de conflicto, el ERE, provocó varios meses de tensión con los sindicatos tras la presentación, a mediados de abril, del mayor expediente de la banca española: 8.291 despidos y 1.534 cierres de oficinas.

No obstante, el 1 de julio ambas partes acordaron un ERE que finalmente afectó a 6.542 personas y que se cubrió íntegramente con voluntarios -con prejubilaciones desde los 52 años- y sin despidos forzosos, pero que costará a la entidad 1.884 millones.

LA INTEGRACIÓN TECNOLÓGICA, EL ÚLTIMO PELDAÑO

Cerrado el frente laboral, la fusión entre CaixaBank y Bankia afronta ahora el último paso clave para culminar la fusión: la integración tecnológica, que será una realidad el próximo 12 de noviembre.

También a partir de ese día se modificarán los números de cuenta (IBAN) de los clientes procedentes de Bankia.

En cuanto a las comisiones, CaixaBank asegura que tres de cada cuatro clientes estarán exentos de pagar por la operativa y los servicios financieros más habituales, aunque los clientes de origen Bankia que no estén vinculados y decidan mantener su tarjeta de débito pasarán a pagar 36 euros al año a partir del 1 de enero de 2022.

Según José Ignacio Goirigolzarri, «que los clientes sientan y perciban las ventajas» de la fusión «es, sin duda, un objetivo prioritario». Por ello, la entidad estará enfocada en el corto plazo «en facilitar y simplificar la transición de los clientes de Bankia hacia CaixaBank, lo que debe ocurrir durante este ejercicio».

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