Carlos Torres, presidente del BBVA, arremete contra el gasto público que crece muy por encima del PIB

El presidente del BBVA, Carlos Torres, ha criticado la «divergencia muy clara» entre lo que han aumentado de 2008 a 2023 los gastos corrientes del Estado, «un 27 % per cápita, mientras el PIB ha crecido un 3 % en el mismo periodo».

En una conferencia organizada en Bilbao por Deusto Business Alumni, Torres se ha vuelto a pronunciar en contra del impuesto a la banca, porque «es contraproducente y llevaría a restringir el crecimiento».

El ejecutivo ha señalado que puede «entender que haya que cuadrar las cuentas públicas, que entramos en una situación de incertidumbre, pero adoptando una visión histórica -ha dicho-, las cifras de impuestos han crecido acompasadamente con el PIB hasta el 2008».

Desde ese año, los gastos públicos han subido ese 27 % contra el 3 % del PIB.

Sobre el impuesto a la banca, ha recordado lo que dijo «el propio presidente Pedro Sánchez en un foro del BBVA a finales de septiembre: en su discurso habló del papel neurálgico de la banca de cara a la descarbonización y el desarrollo; ponerle un impuesto a un sector neurálgico no lleva al crecimiento, sino a restringirlo», ha comentado.

Ha resaltado que los tipos de interés están aún «en niveles bajos, están subiendo y rápido, pero lo extraordinario es que fueran negativos».

Por ello, no cree que los buenos resultados del banco se deban a que hayan subido los tipos de interés en España.

Respecto a la evolución de la cotización, ha subrayado que el banco ha tenido este año «nueve meses muy buenos; cómo se traduce en bolsa es difícil. Eso aparecerá en valor, seguro, pero seguimos cotizando con descuento sobre el valor contable, y es difícil entender por qué, vistas las cifras de rentabilidad».

Sobre la situación económica general, ha comentado que es «incierta; la inflación es la clave y siempre es muy incierta, y más cuando hay múltiples causas».

La respuesta de los bancos centrales ha venido «un poco tarde» para reducir la inflación, «pero ahora están haciendo lo necesario en gran medida, aunque es difícil pronosticar. Estamos viendo una desaceleración económica clara».

En España la situación es «desafiante; es verdad que la inflación ha empezado a bajar de forma relevante», y hay otros factores positivos: por ejemplo, en el empleo «vemos números con aparente fortaleza», también en las exportaciones, y el endeudamiento de las familias y las empresas es un treinta y pico % menos que en la crisis de 2008, ha indicado.

En cambio, en octubre los indicadores de consumo que el banco ve -gasto de tarjetas, domiciliaciones-, han bajado un 2,5 %.

«La foto nos llevaría a un PIB (español) plano o con una ligerísima caída en el tercer y cuarto trimestre. Este año un subida conjunta del 4,4 %, el año que viene del 1 %, pero hay gran incertidumbre» -estas son las previsiones ya adelantadas por el servicio de estudios del banco-.

Respecto al papel del BBVA, ha comentado que «nuestro camino es el mismo que traíamos de antes: Digitalización continua, un 54 % de los nuevos clientes viene ya por el canal digital; innovación y ayudar a nuestros clientes a la transición a un mundo sostenible».

Así, «desde 2018 a septiembre de este año hemos movilizado ya 124.000 millones en inversión sostenible, cuando preveíamos 100.000 hasta 2025».

Paralelamente, el banco va reducir la financiación de inversiones contaminantes, ha señalado, por ejemplo el objetivo es no invertir en empresas de carbón y reducir en un 30 % las inversiones en petróleo y gas para 2030.