El Banco Santander ‘guarda’ 400 millones para pagar el dividendo y aleja cualquier fusión

El Banco Santander ‘guarda’ 400 millones para pagar el dividendo y aleja cualquier fusión

29 julio, 2020
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Actualizado: 29 julio, 2020 16:37
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El Banco Santander ha decidido apartar unos 400 millones de euros en la primera mitad de este año y confía en seguir reservando más fondos hasta final de 2020 con el objetivo de poder repartirlo entre sus accionistas y en efectivo si el Banco Central Europeo (BCE) levanta el veto al pago de dividendos.

Todo ello a pesar de que el consejero delegado, José Antonio Álvarez, ha admitido en rueda de prensa que el Banco Santander terminará el ejercicio en pérdidas tras reconocer una pérdida de valor de sus filiales en Reino Unido, Estados Unidos y Polonia.

El banco no será capaz de generar en la segunda mitad del año un beneficio superior a los 10.000 millones que compensen las pérdidas «contables» del primer semestre, pero la clave está en que seguirá generando beneficios de forma recurrente a pesar de la pandemia.

«Nos fijamos en la capacidad del banco de generar resultados antes de provisiones y ha subido un 2 % en la peor crisis que hemos visto en nuestra vida, lo que muestra la fortaleza del Santander», ha resumido el número dos de Ana Botín.

Por esa misma razón el grupo ha apartado unos 400 millones de euros, seis puntos básicos de capital, hasta junio y quiere hacer lo mismos en la segunda mitad del año, con la esperanza de que el BCE no extienda el veto al pago de dividendos.

Hasta el momento la recomendación del supervisor se refiere a los dividendos con cargo al ejercicio 2019, lo que llevó al Santander a dejarlo en suspenso, aunque ahora propone pagarlo en acciones, una fórmula que, según el banco, los supervisores permitirían.

CIERRA LA PUERTA A FUSIONES

El consejero delegado del Santander ha insistido en que las fusiones no son ahora la prioridad del grupo, ni siquiera las fusiones transfronterizas que la propia Ana Botín defendió recientemente, porque el foco está puesto en transformar el negocio y reforzar el liderazgo en los mercados en los que opera.

Para ello será clave la digitalización, que se intensificará tras la experiencia de esta crisis y hará que la oficina física siga perdiendo importancia en la relación con el cliente.

Sin embargo, no ha querido aventurar el número de oficinas o el tipo de sucursales que quiere tener el Santander en un futuro en España, donde en estos momentos cuenta con unos 700 establecimientos cerrados, por distintas razones, de una red de 3.600 oficinas.

En cuanto al negocio en España, ha considerado que los ritmos de concesión de crédito en el mundo empresarial vistos en la primera mitad del año no se van a mantener y apuesta por una vuelta a la normalidad o un pequeño crecimiento en el conjunto del año.

En el mundo de particulares, el saldo de hipotecas será plano o algo negativo en el conjunto del sector, ha pronosticado, y en financiación al consumo considera que la evolución dependerá mucho de la situación económica, que ahora mismo no lleva a que haya una demanda «alegre».

Aun así el banco muestra su disposición a seguir financiando a la economía real aunque da por hecho que «lo más probable» es que la morosidad suba y por esa misma razón Santander ha dotado unos 7.000 millones en la primera mitad del año en base a su estimación de pérdidas futuras en la cartera de créditos.

Y respecto a los préstamos concedidos con avales del ICO, Álvarez ha considerado que es «pronto» para aventurar la tasa de impagos que puede registrase, pero cree que habrá morosidad «como en el resto de la cartera» y eso es lo que está queriendo cubrir las provisiones.

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