El BCE abre la puerta de par en par: acepta como garantía deuda que no tenga grado de inversión
El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido hoy aceptar hasta septiembre de 2021 como garantía deuda que no tenga grado de inversión en sus operaciones de refinanciación.
El BCE informó tras una reunión virtual del Consejo de Gobierno de que exime de los criterios que exigía hasta ahora a los activos que bajen de la calidad crediticia mínima aceptada.
En concreto, el BCE exime de los requisitos de calidad crediticia exigidos hasta ahora a activos negociables y a sus emisores que cumplían los requisitos de calidad de crédito mínimos el 7 de abril en caso de que su calificación sea degradada por una de las agencias de medición de riesgo.
El BCE aceptará activos negociables y emisores que tuvieran una calificación mínima de BBB-, que es un aprobado bajo y supone grado de inversión, el 7 de abril, siempre que mantengan una BB, que ya se considera bono basura y una capacidad cuestionable para hacer frente a los pagos y una gran sensibilidad a entornos adversos.
Esto asegura que los activos y los emisores que tenían grado de inversión cuando el BCE decidió relajar los criterios para aceptar activos de garantía, seguirán siendo aceptados aunque bajen dos notas por debajo del grado de inversión.
De este modo, el BCE aceptará la deuda de Italia en caso de que pierda la calificación de grado de inversión y se convierta en bono basura.
El BCE reducirá la preocupación en los mercados de que la deuda de Italia vaya a ser degradada por los costes de la recesión económica causada por COVID-19.
El viernes la agencia de medición de riesgo Standard & Poor’s (S&P) actualiza su calificación de crédito de Italia, que en estos momentos tiene una triple B, que supone un aprobado, pero con perspectivas negativas, por lo que está a tan sólo dos escalones del bono basura, que es una calificación de BB+ hacia abajo.
Moodys da a Italia una calificación de Baa3, que es un aprobado alto, una nota más alta que S&P, con perspectivas estables, y Fitch le da también una triple B con perspectivas negativas.
Un aprobado reconoce una capacidad aceptable para hacer frente a los pagos y una cierta sensibilidad a un entorno adverso, pero un bono basura se considera especulativo.