El Banco Central Europeo (BCE) considera que el impuesto español a la banca podría dar lugar a la fragmentación del sistema financiero europeo y recomienda realizar un análisis exhaustivo de su impacto sobre la rentabilidad o el acceso a la financiación, entre otros.
El organismo ha publicado un dictamen en el que se manifiesta sobre el proyecto de ley por el que se establece un impuesto sobre el margen de intereses y comisiones de determinadas entidades financieras.
Este impuesto, que sustituye al gravamen extraordinario, gravará los márgenes y comisiones de las grandes entidades financieras con tipos progresivos entre el 1 % y el 7 % con dos deducciones, una de parte de la cuota del impuesto de sociedades y otra extraordinaria en caso de descenso de la rentabilidad.
El dictamen, que está fechado el 17 de diciembre y firmado por la presidenta, Christine Lagarde, quedó adoptado por el Consejo de Gobierno del BCE tras una petición del Banco de España (BdE) en nombre de las Cortes Generales.
Tras analizar la norma, el BCE realiza una serie de consideraciones desde las perspectivas de la política monetaria, la estabilidad financiera y la supervisión prudencial.
Se trata de la misma división que empleó en 2022 cuando fue consultado por los gravámenes temporales aunque, a diferencia de entonces, ahora destaca que la exposición de motivos de este proyecto «no contiene explicaciones específicas sobre la justificación del impuesto».
Desde la perspectiva de la política monetaria, el BCE considera que se debe velar para que las medidas que se adopten no obstaculicen la capacidad de las entidades para mantener bases de capital sólidas y provisiones adecuadas, y que, en última instancia, puedan transmitir las decisiones de tipos.
El BCE recomienda analizar el impacto del impuesto a la banca en España
Con respecto a la estabilidad financiera, el organismo reitera la necesidad de realizar un seguimiento continuo de sus implicaciones en este ámbito, en particular en lo que se refiere a los efectos adversos a largo plazo sobre la capacidad de resiliencia y la posibilidad de distorsiones en el mercado.
«Como se ha señalado en dictámenes anteriores, el BCE recomienda un análisis exhaustivo en el que se detalle el impacto específico del impuesto sobre la rentabilidad y la base de capital a más largo plazo de las entidades de crédito, el acceso a la financiación, el posible impacto sobre la liquidez, la concesión de nuevos préstamos y las condiciones de competencia en el mercado», asegura el organismo.
En este sentido, argumenta que este impuesto puede dar lugar a la fragmentación del sistema financiero europeo y menoscabar la igualdad de condiciones en la unión bancaria, además de crear asimetrías competitivas en función del tamaño de los bancos.
Limita la capacidad de generar colchones
El BCE reconoce que inicialmente las entidades de crédito pueden recibir ingresos netos por intereses al aumentar los tipos, pero estos también pueden generar un mayor coste de financiación y posibles pérdidas en el saldo vivo de las carteras de valores.
Además, a largo plazo, las subidas pueden aumentar el riesgo de crédito y reducir la rentabilidad de los bancos.
En el caso del proyecto español, el BCE observa que las entidades no se verían afectadas por el impuesto si registran pérdidas y que, si sus beneficios son inferiores al umbral del 0,7 % de la rentabilidad sobre el activo total, la deducción extraordinaria disminuye a medida que la rentabilidad aumenta.
No obstante, considera que, incluso en esas circunstancias, el impuesto seguiría afectando negativamente a la capacidad de los bancos para mantener una posición de capital sólido o restablecer los colchones, mientras que, en periodos de alta rentabilidad, no funcionaría y, por lo tanto, «limitaría la capacidad de acumular colchones frente a futuras perturbaciones negativas».
Por último, el BCE hace referencia a pronunciamientos previos sobre otras normas, en las que subrayó que la imposición de un gravamen a la banca podría reducir la capacidad para construir colchones o tener efectos económicos adversos al limitar el crédito y contribuir a condiciones menos favorables para los clientes.
Con respecto a la supervisión, el BCE recomienda analizar los efectos contables del impuesto a fin de evitar consecuencias no deseadas para la solvencia y la posición competitiva de las entidades de riesgo.