El BCE mantiene la recomendación de no pagar dividendos hasta enero 2021

El BCE mantiene la recomendación de no pagar dividendos hasta enero 2021

28 julio, 2020
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Actualizado: 28 julio, 2020 12:37
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El Banco Central Europeo (BCE) ha prolongado la recomendación a los bancos de no repartir dividendos y recomprar acciones propias hasta enero de 2021 para que mantengan capital y puedan prestar a las empresas y hogares en la crisis que ha creado la pandemia de coronavirus.

El BCE también pide a los bancos que sean «extremadamente moderados respecto a la remuneración variable», tras haber realizado un análisis de su situación ante la pandemia y sus posibles problemas los tres próximos años.

La entidad monetaria informa hoy de que los resultados de la prueba muestran que los 86 bancos europeos analizados entre abril y julio «pueden resistir el estrés inducido por la pandemia, pero si la situación empeora, se producirá una disminución del capital bancario».

El BCE hace hincapié en que les va a dar suficiente tiempo para que repongan sus colchones de capital y liquidez.

El presidente del Consejo de Supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria, dijo en una rueda de prensa virtual que en diciembre volverán a revisar la decisión de recomendar a los bancos no repartir dividendos.

El BCE había recomendado a finales de marzo a la banca europea no pagar dividendos de los años fiscales 2019 y 2020 hasta, al menos, el 1 de octubre de 2020.

Enria dijo al presentar los resultados de los test que ya han visto que «se ha producido un impacto en el precio de mercado de los bancos y sabemos que los inversores no están encantados con nuestra decisión, pero es necesaria».

El principal mensaje, según Enria, es que los bancos «deben mantener capital en el sistema para prestar y absorber pérdidas».

«A los bancos les interesa esperar hasta que haya más claridad sobre el capital y la calidad de los activos antes de tomar decisiones sobre los dividendos», añadió Enria.

En este sentido, consideró que un banco puede tener una posición de capital fuerte, pero una elevada exposición a sectores afectados por COVID-19, por lo que «este banco podría tener problemas si reparte dividendos».

La recomendación de no distribuir dividendos es «temporal y excepcional» y tiene como objetivo «preservar la capacidad de los bancos de absorber pérdidas y apoyar la economía en este entorno de incertidumbre excepcional», añade el BCE.

El análisis muestra que el nivel de capital en el sistema podría «caer significativamente si se produce un escenario severo».

La incertidumbre también dificulta a los bancos prever exactamente sus posiciones de capital.

La prueba que el BCE ha realizado a la banca europea se centra en dos escenarios, uno central y otro severo.

El escenario central, que es el que se puede producir con más probabilidad, prevé que el producto interior bruto (PIB) de la zona del euro caiga un 8,7 % en 2020, un crecimiento del 5,2 % en 2021 y del 3,3 % en 2022.

El escenario severo representa que la crisis evolucione de forma más adversa y prevé una caída del PIB este año del 12,6 % y un crecimiento del 3,3 % en 2021 y del 3,8 % en 2022.

En el escenario central, que prevé una recesión severa, la tasa de capital ordinario de máxima calidad (CET1) media de los bancos se deterioró sólo 1,9 puntos porcentuales, hasta el 12,6 % a finales de 2022, desde el 14,5 % en 2019.

Como resultado, el BCE añade, los bancos pudieron seguir prestando a la economía real y seguirían bien capitalizado.

En el escenario severo, el capital ordinario de máxima calidad de los bancos de la zona del euro se redujo en 5,7 puntos porcentuales, hasta el 8,8 % a finales 2022, desde 14,5 % en 2019.

En este caso, muchos bancos deberían hacer algo para mantener sus requerimientos mínimos de capital, pero el déficit general de capital «sería contenido».

Enria consideró que las extraordinarias medidas políticas de apoyo ya han ayudado a mitigar el impacto de la pandemia en la economía, pero «si la situación empeora» mucho, «las autoridades deben estar preparadas para implementar más medidas» para evitar que los bancos reduzcan sus deudas de forma simultánea, que intensificaría la recesión y afectaría mucho a la calidad de sus activos y sus posiciones de capital.

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