El Estado defiende la fusión de Bankia-Caixabank por su valor para los accionistas
El presidente del Fondo de Rescate EspaƱol (FROB), Jaime Ponce, que depende del Ministerio de EconomĆa y que controla el 65% de Bankia ha defendido la fusión con CaixaBank como la mejor vĆa para recuperar las ayudas pĆŗblicas, al tratarse de la decisión mĆ”s razonable de las posibles por su sentido económico y estratĆ©gico y porque generarĆ” un 45 % de valor para los accionistas.
Durante su comparecencia en la comisión de Asuntos Económicos del Congreso de los Diputados, Ponce ha expuesto la actividad del organismo en el Ćŗltimo aƱo, incluyendo su posición en Sareb, el banco malo espaƱol, y tambiĆ©n la resolución del Banco Popular, en junio de 2017, que ejecutó por mandato de la Junta Ćnica de Resolución (JUR).
No obstante, y a preguntas de los diputados, el grueso de su intervención se ha centrado en el impacto en el FROB de la fusión entre CaixaBank y Bankia una vez que esta se materialice.
Nomura eligió a Caixabank
El Estado barajó varias posibilidades, tanto con entidades nacionales de mayor y menor tamaño como con una internacional, pero con el asesoramiento del banco de inversión Nomura, que aportó una visión independiente y realizó un anÔlisis cuantitativo y cualitativo, se optó por la operación con CaixaBank.
Ponce ha admitido que «el mercado es volÔtil y soberano», por lo que en la prÔctica sólo se podrÔ saber qué volumen de los 22.424 millones inyectados en Bankia y su matriz BFA podrÔ recuperar el Estado cuando «efectivamente» se produzca la desinversión.
La reducción de la participación que el Estado tendrĆ” en la futura entidad Ā«abrirĆa la posibilidad de emplear eficazmente otros instrumentos de desinversiónĀ»; en concreto, Pince se ha referido a ventas graduales, ventas diarias equivalentes a un pequeƱo porcentaje del volumen negociado en la jornada, tal y como hizo el gobierno britĆ”nico para deshacerse de su participación final en Lloyds).
Es sabido, ha indicado, que el mercado respondió muy favorablemente al anuncio de la fusión, e inmediatamente Bankia experimentó una subida del 30 % de su valor en bolsa «que posteriormente se ha ido ajustando», como es lógico.
Al cierre de 2019, el valor de mercado la participación del FROB en Bankia, incluyendo BFA, arrojaba 4.800 millones de euros, pero actualmente, y debido a la situación en los mercados provocada por la pandemia de coronavirus, «deben ser unos 3.600 millones de euros», ha explicado.
Para Ponce, la capacidad para «alcanzar lo que se invirtió «es, como ustedes quieran llamarlo, limitada, escasa, pero nuestra voluntad es hacer todo lo que debe hacer un accionista responsable», y a ello se dedica el FROB, que «se va a dejar la vida» eligiendo los momentos adecuados de desinversión.
En conjunto, el FROB tiene claro que la fusión mejorarÔ el valor de la participación indirecta en Bankia y tendrÔ un efecto positivo sobre las perspectivas de recuperación de ayudas en futuras desinversiones.
El impacto de BFA-Bankia
Ponce ha detallado el impacto de las contingencias legales que han venido afectando al grupo BFA-Bankia, en lo relativo a las devoluciones a los inversores minoristas de la salida a bolsa y de las devoluciones a tenedores de instrumentos hĆbridos, que en total asciende 4.880 millones de euros a junio de 2020.
De ellos, 1.884 millones de euros corresponden a la salida a bolsa y 2.996 millones de euros por el arbitraje y las sentencias por la mala comercialización de productos hĆbridos.
MƔs fusiones
Por lo que respecta a una posible falta de competencia en el sector fruto de los procesos de concentración, se ha remitido a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), competencia, aunque en su opinión Ā«hay margenĀ» para mĆ”s operaciones en comparación con otros paĆses de nuestro entorno.
La competencia «no depende sólo del número de agentes», ha asegurado, y en España es «razonable».
La Sareb, un grave problema
El presidente del FROB se ha referido también a la situación de Sareb, el banco malo español, en el que el organismo participa con un 45,9  y que en 2019 le ha supuesto un deterioro de 169 millones de euros, correspondiente a la deuda subordinada suscrita.
La perspectiva de recuperación del capital inyectado es «contablemente nula», ha explicado Ponce, y dependerÔ de sus costes financieros y de la evolución del sector inmobiliario, donde la cartera de Sareb «no da grandes noticias».