Francisco González, el expresidente del BBVA acorralado por el caso Villarejo, insiste en su inocencia

Es poco creíble que con 18 años de presidencia en el BBVA, dirigido con mano férrea, Francisco González no conociera los pagos de más de 10 millones de euros al excomisario Villarejo entre los años 2004 y 2017.

Esta también por aclarar como consiguió los documentos donde se revelaba que la cúpula directiva del BBV, entre ellos Emilio Ybarra y Pedro Luis Uriarte, contaban con planes de pensiones en paraísos fiscales, una documentación que acabó con su carrera de banqueros.

Esa información le valió a Francisco González la presidencia única del recién formado banco en el año 2000, BBV-Argentaria y eliminar del mapa cualquier vestigio de la antigua dirección del banco vasco. Es uno de esos casos de fusiones donde el pez chico, Argentaria, se come al grande, BBV.

Francisco González llegó a Argentaria, banco público, de la mano del PP de José María Aznar en 1996. Antes había triunfado con su propia sociedad de valores y Bolsa, FG Inversiones Bursátiles, también con polémica fiscal en su venta a Merrill Lync, incluido el incendio del edificio Windsor de Madrid.

Por toda su trayectoria, se hace muy difícil entender que el expresidente de BBVA Francisco González, tal y como él asegura, no participara en la contratación de la empresas Cenyt, del excomisario José Manuel Villarejo, ni tuviera conocimiento de la contratación de esta empresa por parte de BBVA hasta mayo de 2018, 14 años después del primer trabajo.

El exbanquero añade en su defensa que tanto el banco como él mismo desconocían las actividades que desarrollaban Cenyt y Villarejo, y por tanto, considera que no puede atribuírsele ningún tipo de responsabilidad sobre cualquier actividad ilegal que pudieran haber realizado.

En un comunicado insiste en que fue «muy tajante» con estas ideas durante su declaración ante el juez titular del juzgado número 6 de instrucción de la Audiencia Nacional y los fiscales, ante los que declaró como testigo por el pago de más de 10 millones de euros de BBVA durante su presidencia a la empresa Cenyt.

Además, anuncia que «en los próximos días» hará público un detallado comunicado de su declaración en sede judicial, en la que también quiso aclarar que nunca participó en la contratación de ningún proveedor externo de BBVA y que esto correspondía a los responsables de las diferentes áreas del banco. 

Francisco González descarga así su responsabilidad en sus subordinados, que no movían un dedo sin su permiso, si no, que se lo pregunten a los empleados del BBVA de sus años de presidencia. Incluso cuentan dentro del banco que a los consejeros les ponía como condición firmar su dimisión antes de nombrarlos, para poder usarla en caso de que fueran en el consejo contra sus propios intereses personales y presidenciales.