Hasta 3.500% TAE para microcréditos que adelantan nómina, prestaciones de ERTE o paro
La asociación de consumidores Asufin ha alertado este viernes de los riesgos de sobreendeudamiento y morosidad de los minicréditos, un producto que puede convertirse en una «trampa financiera», ya que, en algunos casos, alcanzan intereses TAE de hasta el 3.500 %.
Según el estudio realizado por Asufin sobre las 16 principales operadoras de este mercado, los precios para un minicrédito de 300 euros a devolver en un mes oscilan entre aproximadamente el 1.600 % TAE (Holadinero) y más del 3.500 % TAE (Creditomas), encareciéndose de forma progresiva cuanto menor es el plazo de devolución.
De este modo, expone la asociación, pedir 50 euros a devolver en una semana dispara el pago de intereses y comisiones a un 90.900 %, y si el préstamo se destina para anticipar el cobro de una determinada cantidad (por ejemplo, 900 euros de una nómina o una prestación por desempleo) la TAE por un día se sitúa en cerca de un 6.800 %.
En su análisis, Asufin detecta al menos cinco riesgos de estos productos: el reclamo «coste cero», el efecto «bola de nieve», el elevado coste de la operación, el riesgo de acostumbrarse a adelantar la nómina, y el riesgo de impago y morosidad.
El «gancho habitual» de muchas operadoras a la hora de captar clientes con rapidez es ofrecer un primer préstamo a coste rápido, apunta el informe, que pone de ejemplo a Vivus, Solcrédito, Dineo o CréditoZen, compañías que «ofrecen 300 euros a devolver en 30 días con 0 euros de intereses».
Sin embargo, el negocio reside en que «los clientes repitan» en operaciones sucesivas, de modo que sean éstas las que cubran «la alta exposición que asumen por la morosidad».
Esta dinámica conduce al «peligroso efecto ‘bola de nieve’ que genera la acumulación de deudas por la incapacidad de ir devolviendo las anteriores».
Por ello, Asufin llama a las entidades bancarias «convencionales» a anticiparse y «ofrecer alternativas para los afectados por el estado de alarma que estén pendientes de cobrar prestaciones y subsidios», entre ellas los aplazamientos de deuda para aliviar «de forma temporal los desajustes presupuestarios de las familias».