La epidemia de coronavirus se ha sumado a los ya considerables desafíos que afronta la banca europea, como la baja rentabilidad y los escasos ingresos, y podría traducirse en un deterioro de la calidad de los activos por un más que probable frenazo económico causado «por las políticas gubernamentales para contener el brote», según ha advertido este miércoles la agencia de calificación crediticia Scope.
Todo ello unido a la recesión en la que entrarán algunos países europeos este mismo año, sobre todo Italia, tal y como recoge un informe elaborado por el equipo de análisis del sector financiero de Scope Ratings, que añade que «a medida que el virus se extiende, el riesgo de que los gobiernos europeos respondan con medidas draconianas que socaven el crecimiento económico -al menos a corto plazo- ha aumentado considerablemente».
Y la incertidumbre se ve agravada por las incógnitas en torno a las respuestas políticas de la salud pública, las autoridades fiscales y monetarias, así como el propio sistema financiero.
Es probable que las medidas de bloqueo extensivas exigidas por el Gobierno chino y, en menor medida, por el italiano sean imitadas en otros países, y también puede ser que necesiten ser reforzadas si no son efectivas.
«El riesgo para los bancos es que la actividad económica se recupere lentamente, empeorando la calidad de los activos», considera Scope.
Para la firma, el Banco Central Europeo (BCE) seguirá desempeñando un papel clave, al evitar que los niveles de servicio de la deuda crezcan «fuera de control», una pieza crucial del rompecabezas de la política, especialmente para países altamente endeudados como Italia.
El margen para que se produzcan errores de política, falta de coordinación o respuestas tardías es «grande» y representa un riesgo «clave» para el sector, que ya ha pasado por una profunda reestructuración que lo ha hecho más fuerte, pero aún no está exento de riesgos, añade.
«Los balances sólidos con niveles más bajos de morosidad, altos coeficientes de capital y perfiles de financiación más equilibrados deberían ofrecer cierta protección a los acreedores bancarios», dice Scope, para añadir a continuación que la rentabilidad del sector, que ya es baja, será «insuficiente» para generar una creación sostenida de valor para los accionistas a lo largo del ciclo.
Y, por último, «el elevado nivel de incertidumbre también puede nublar las perspectivas de dividendos», termina el informe.