Ana Botín ha considerado "esencial" que España genere confianza para impulsar la inversión privada, motor clave del crecimiento y la generación de empleo, además de proteger a las empresas y a las familias, especialmente a las pymes y a los más vulnerables.
La guerra no cambia los objetivos ni el dividendo del Banco Santander
La presidenta del Banco Santander, Ana Botín, ofrece un discurso este viernes en la Junta General ordinaria de Accionistas, ante la que ha anunciado que el banco ha recuperado los niveles previos a la pandemia en cuanto a la nueva producción de créditos, que han crecido un 8 % en el primer trimestre de 2022. EFE/Banco Santander/Javier Vazquez

La guerra no cambia los objetivos ni el dividendo del Banco Santander

01 abril, 2022
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Actualizado: 01 abril, 2022 17:59
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El Banco Santander confía en que logrará cumplir todos los objetivos financieros anunciados desde febrero y confirma el reparto de dividendo para 2022, a pesar de la incertidumbre que suponen la guerra de Ucrania y la pandemia, y para ello se seguirá apoyando en su diversificación geográfica.

Aunque no ha querido cifrar el impacto que podría tener la crisis en España, Botín ha considerado «esencial» que se genere confianza para impulsar la inversión privada, motor clave del crecimiento y la generación de empleo, además de proteger a las empresas y a las familias, especialmente a las pymes y a los más vulnerables.

Estos han sido algunos de los principales mensajes contenidos en la intervención de la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, en la junta general de accionistas, que ha tenido lugar este viernes en la ciudad financiera del Grupo, en Boadilla del Monte (Madrid).

También ha anunciado la intención del banco de elevar el «pay-out» o porcentaje del beneficio recurrente destinado a dividendos por encima del 40 % después de 2022; mientras tanto, el banco vuelve a recurrir a la fórmula de un pago mitad en efectivo y la otra mitad mediante la recompra de acciones propias, que para Botín es la «mejor garantía» de que el banco tiene plena confianza en su propio futuro.

La entidad pagará un dividendo en efectivo de 5,15 céntimos por acción el 2 de mayo, que, junto con el resto de dividendos y recompras de títulos ya realizadas, suma un total de 3.400 millones a repartir entre los accionistas con cargo a las cuentas de 2021.

«Confiamos en que el mercado acabe reflejando el valor real de la acción del Santander a medida que vayamos ejecutando el programa», ha dicho, en su respuesta a los accionistas que han intervenido en el turno de preguntas, que se han quejado de la cotización del banco, de los sueldos de los directivos y de la situación de la plantilla, entre otras cosas.

«El sector está sometido a una transformación permanente y tendremos que adaptarnos a lo que pidan los clientes», ha dicho, en referencia a esto último, antes de dejar claro que todas las salidas -más de 3.500 en 2021- se han hecho de acuerdo con la representación sindical.

También ha insistido en que la entidad no tiene intención de participar en ninguna fusión en España o en Europa para seguir creciendo, y ha dicho que las integraciones paneuropeas no son posibles de momento porque la UE no dispone de herramientas como el fondo único de garantía de depósitos.

IMPACTO DE LA GUERRA Y NECESIDAD DE REDUCIR LA DEPENDENCIA

Tras expresar su consternación y su rechazo a la guerra, Botín ha insistido en que no se debe minimizar el efecto indirecto que tendrá en la economía: una mayor inflación, un menor crecimiento, especialmente en Europa, y otros impactos que van más allá del fuerte aumento de los precios de la energía que estamos viendo.

La invasión de Ucrania ha puesto también de manifiesto la necesidad de cambiar las políticas energéticas y clarificar los plazos aceptables para la transición de empresas y sectores en todo el mundo, ha añadido Botín.

De ese modo, ha argumentado, se podrán acelerar las inversiones en energías renovables y los bancos podrán apoyar a las personas y las empresas en su transición hacia una economía verde.

En respuesta a los accionistas que se han quejado de los salarios que cobra la cúpula del banco, Ana Botín ha recordado que su sueldo y el del consejero delegado se redujo un 50 % en 2020 y ese dinero se destinó a un fondo covid, que sumado a aportaciones de empleados llegó a los 100 millones de euros.

La entidad, que opera en 10 mercados, tiene 153 millones de clientes y casi 200.000 empleados, paga unos sueldos «en línea con nuestros pares en España y Europa y significativamente por debajo de lo que se paga en EEUU», ha insistido.

Sobre el litigio con el italiano Andrea Orcel, Botín ha desvelado que el banco ha pagado ya 41,6 millones, el 80 % de los 52 millones que un juez estableció como indemnización por el fichaje frustrado del banquero como consejero delegado del Santander.

No obstante, esa decisión judicial está recurrida y Botín confía en recuperar esa cantidad «con intereses».

Los accionistas del banco han aprobado todos los puntos que figuraban en el orden del día de la junta, entre ellos un nuevo reparto de poderes entre la presidenta y el consejero delegado, José Antonio Álvarez, que a partir de ahora pasará a reportar directamente al consejo de administración del grupo.

También han dado el visto bueno a las cuentas de 2021, a la política de remuneraciones del banco y al nombramiento como consejero independiente del expresidente y ex consejero delegado de Deloitte Germán de la Fuente. 

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