Lindner, el nuevo ministro alemán de Finanzas, un halcón liberal entre los palomos de la socialdemocracia y verdes
El nuevo ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, ha sido visto durante mucho tiempo como un halcón de la política económica y como representante de un ideal de vida de la clase alta alemana que se refleja en su gusto por los coches de lujo. Sus principios económicos son: rechazo al alza de impuestos, reclamo de rebajas fiscales, disciplina presupuestaria y reducción de la deuda. Gobernará con socialdemócratas y verdes, considerados, en materia económica, como palomos, partidarios de más gasto público y endeudamiento.
Nacido en 1979 en Wuppertal (oeste de Alemania), Lindner llegó a la jefatura del partido en 2013, cuando la agrupación se había quedado fuera del Bundestag (cámara baja del Parlamento), con lo que uno de sus principales retos era darle visibilidad al FDP.
Para ello necesitaba marcar diferencias con la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Angela Merkel, tras gobernar cuatro en coalición con ella, y seguir resaltando lo que distanciaba a los liberales del Partido Socialdemócrata (SPD) y de Los Verdes, con quienes ahora ha decidido aliarse.
Con ello encajaba el cultivo de su imagen como hombre aficionado a los coches, que lo distanciaba de Los Verdes.
Los mismo ocurre con su agenda en política económica -rechazo al alza de impuestos, reclamo de rebajas fiscales, disciplina presupuestaria y reducción de la deuda- que corresponde a cierta ortodoxia económica que, en el momento actual, cuando se reclaman inversiones y acciones del estado, genera dudas y resistencias.
Las dudas sobre Lindner existen no solo en Alemania sino incluso fuera de la UE, como lo muestra un artículo publicado en al semanario «Die Zeit» por el Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y el historiador Adam Tooze.
Stiglitz y Tooze sostienen en ese artículo que la agenda política de Lindner está compuesta por una serie de lugares comunes conservadores de una era ya superada, correspondiente a los años 90 del siglo pasado.
Además agregaban, en su texto escrito y publicado antes de que la decisión de que fuera ministro estuviera en firme, que «por su propio bien se le debía ahorrar a Lindner la imposible tarea de aplicar su política financiera antediluviana a la situación actual»
Varios economistas alemanes, entre ellos el director del Instituto IFO de Múnich, Clemens Füst, y el expresidente del Consejo Asesor del Gobierno Alemán, los llamados «cinco sabios», Lars P.Feld, han salido en defensa de Lindner ante Stiglitz y Tooze.
Füst, en una respuesta publicada también en «Die Zeit», sostuvo que la posición de Lindner puede servir de correctivo para no ampliar indiscriminadamente el gasto público sino fijar las prioridades correctas.
Feld, por su parte, admite que sería equivocado en estos momentos lanzar un paquete de ajuste fiscal y que actualmente se necesitan grandes inversiones en campos como la digitalización o la lucha contra el cambio climático pero agrega que eso no es incompatible con la disciplina presupuestaria.
En 2017 Lindner, tras varias semanas, rompió por sorpresa las conversaciones previas para formar un tripartido con la CDU de Merkel y con Los Verdes con una frase que se ha hecho celebre. «Es mejor no gobernar que gobernar mal».
Durante la campaña de 2021 no ocultó en ningún momento su preferencia por una alianza con la CDU y llegó a decir que le «faltaba fantasía» para imaginarse una coalición de su partido con los socialdemócratas y Los Verdes.
El resultado electoral, ayudado por las negociaciones anteriores, parece haber aumentado su fantasía. El reto será conciliar sus principios irrenunciables -rechazo al alza de impuestos y consolidación presupuestaria- con la ofensiva de inversiones contemplada en el acuerdo de coalición.
La idea de Lindner es que buena parte de esas inversiones vengan del sector privado a través de estímulos varios.
En todo caso, el hombre que ha hecho toda su carrera política en contra de socialdemócratas y verdes y lo que él ha llamado «la socialdemocratización de la CDU» estará ahora sentado entre socialdemócratas y verdes. Y como líder del partido más pequeño de la coalición.