La venta de TSB Bank al Santander por parte del Sabadell ha transformado el tablero de la opa hostil lanzada por BBVA. A cierre del jueves, la entidad catalana cotizaba a 2,88 euros, un 9,5% por encima del precio implícito de la oferta de BBVA (1 acción por cada 5,3456 del Sabadell más un dividendo de 0,70 euros), lo que implica que el mercado ya descuenta una prima superior a la ofertada.
Analistas consultados cifran en al menos 4.000 millones de euros, más de un 25% del valor actual del banco, la cantidad que BBVA debería añadir para igualar el nuevo escenario. Esta cifra incluye los 2.500 millones de euros que Sabadell prevé repartir en forma de macrodividendo, ligado a la venta de TSB, además de la prima negativa con que la oferta actual infravalora a la entidad.
Desde Alantra, que ha elevado el precio objetivo de Sabadell de 3,05 a 3,25 euros por acción tras la operación con TSB, recomiendan expresamente no acudir a la opa salvo que BBVA mejore su propuesta «en más de un 20%». Argumentan que, con las limitaciones impuestas por el Gobierno a la integración (mantener operativas separadas durante al menos tres años), el margen de sinergias se ha reducido significativamente y una mejora excesiva destruiría valor para BBVA.
BBVA condiciona el éxito de la opa a lograr al menos el 50,01% de los derechos de voto
La venta de TSB, que representaba un 20% del beneficio del grupo pero arrastraba menor rentabilidad y mayor complejidad operativa, ha sido clave. Alantra valora que la operación se ha cerrado a un múltiplo de 1,4 veces su valor, mientras que Sabadell como grupo cotiza apenas a 1,1 veces, lo que refuerza el argumento de que su core business (pymes y banca española) debería merecer una valoración aún mayor.
Sabadell ha planteado que el dividendo extraordinario se abonará en 2026, tras cerrar la venta, siempre que la junta extraordinaria convocada para el 6 de agosto lo apruebe. Solo los accionistas que conserven sus títulos hasta entonces podrán beneficiarse de este pago.
BBVA, por su parte, condiciona el éxito de la opa a lograr al menos el 50,01% de los derechos de voto, excluyendo acciones en autocartera. El reparto accionarial actual se desconoce, pero cuando se lanzó la oferta el 48% de las acciones estaban en manos de unos 200.000 minoristas, muchos de ellos con vínculos personales con la entidad, a quienes podría resultar especialmente atractiva la promesa del macrodividendo.
Entre los inversores institucionales, sin embargo, podría pesar más la pérdida de proyección internacional del Sabadell sin TSB, al haberse recortado parte de su potencial de crecimiento. El 24 de julio, Sabadell presentará su nuevo plan estratégico 2025-2027, que podría ser otro factor determinante para los accionistas a la hora de decidir si aceptar o no la opa.