Los clientes de banca privada en España se interesan por las condiciones de las cuentas en Luxemburgo

Que el dinero es miedoso y es el primero que huye en busca de refugio es un realidad que se vive en todas las crisis. Y no lo iba a ser menos en esta del coronavirus, por la gran incertidumbre generada, ya no sólo por las medidas sanitarias, sino también por las económicas que se han tomado y se tomarán. Por eso, muchos clientes de banca privada ya preguntan las condiciones de traspasado de sus cuentas a países más seguros como Luxemburgo.

Bankinter, uno de los pocos bancos españoles con ficha propia en Luxemburgo, ha asegurado este jueves que actualmente no está recibiendo peticiones de clientes para traspasar sus fondos a cuentas en el Gran Ducado, pero sí «más consultas» sobre esta posibilidad.

Aún así, la consejera delegada de la entidad, María Dolores Dancausa, ha querido insistir en que Luxemburgo es un país del área del euro, cuyas entidades están supervisadas por el BCE y que cumple con las mismas normas que el resto del sistema financiero del Viejo Continente, incluida las de prevención del blanqueo de capitales.

La máxima ejecutiva del banco, en rueda de prensa, ha lamentado que se siga teniendo en la retina al Gran Ducado y a Suiza como territorios atrayendo dinero con opacidad, algo que «no puede estar más lejos de la realidad».

Las consultas que recibe Bankinter son de clientes de banca privada para ver cómo pueden «adecuar» sus inversiones acorde a la situación del mercado.

Otras entidades con un importante negocio de banca privada han explicado a Efe que la crisis provocada por el coronavirus y el miedo a las decisiones que se puedan tomar para hacer frente a la actual situación ha avivado el interés por las cuentas en Luxemburgo.

La curiosidad se habría despertado en los últimos días, especialmente tras la polémica generada en redes sociales sobre las competencias que podría llegar a tener el Estado tras el estado de alarma, aunque la posibilidad de abrir cuentas en Luxemburgo o incluso en Suiza sólo resulta interesante para los inversores y clientes con un patrimonio superior a medio millón de euros.