Podemos busca con ERC y EH Bildu, los socios de Sánchez, subir impuestos

Podemos quiere abanderar la reforma fiscal con la prioridad de que «los ricos paguen de una vez lo que les toca» y con medidas como la transformación del impuesto de patrimonio en un impuesto a las grandes fortunas, para que a partir de un millón de euros se tribute por tramos entre el 2 y el 3,5 %.

Con esta finalidad y después de presentar en el Congreso una proposición no de ley con sus principales medidas para afrontar esta reforma, el partido morado ha organizado la jornada «Equilibrar la balanza fiscal», a la que han asistido como invitados dirigentes de ERC y EH Bildu, con quien Podemos quiere contar para sacar adelante la reforma fiscal.

La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha subrayado la urgencia de llegar a un acuerdo para que las rentas más altas tributen lo que deben, no haya paraísos fiscales internos -en alusión a la Comunidad de Madrid-, contar con servicios públicos de calidad y se acabe con la «anomalía» que supone que las grandes empresas paguen de media un 7 % en impuestos, frente al 16 % de las pymes y el 15 % de los trabajadores.

El secretario de Estado de Derechos Sociales y responsable económico de la formación, Nacho Álvarez, ha insistido en que para tener un Estado del bienestar como tienen los países del norte de Europa es necesario un sistema fiscal como el que tienen ellos.

Y ha recordado que en España la recaudación está entre 7 y 8 puntos por debajo de los países de nuestro entorno y ha destacado que el modelo de privilegios «ha ido horadando como un queso gruyere» el sistema de tributación al afirmar que las bases imponibles siguen siendo inferiores a las de 2008 y esto supone que se esté recaudando 20.000 millones de euros menos a través del impuesto de sociedades.

Combatir el fraude fiscal es también prioritario para el presidente de los Técnicos de Hacienda (Gestha), Carlos Cuadrado, al destacar que en España existe un problema muy grave de economía sumergida, ya que, según los últimos datos del FMI, rondaría el 22 % del PIB cuando en Alemania, por ejemplo, está en torno al 7 %.