Rato, el único condenado por las tarjetas ‘black’ de Caja Madrid que sigue en prisión, pese haber cumplido ya un cuarto de su condena

Rato, el único condenado por las tarjetas ‘black’ de Caja Madrid que sigue en prisión, pese haber cumplido ya un cuarto de su condena

Llama la atención que siga en prisión el expresidente de Bankia cuando cumple todos los requisitos para el tercer grado, mientras en casos mucho mas grave que el suyo, como los ERE de Andalucía, todos los condenados siguen en libertad
20 diciembre, 2019
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Actualizado: 20 diciembre, 2019 17:00
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Tras completar un cuarto de su pena de prisión, el exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato es el único condenado por el escándalo de las tarjetas «black» de Caja Madrid que aún no goza del tercer grado, régimen de semilibertad que ha solicitado formalmente desde hace días, según fuentes próximas.

El caso de Rodrigo Rato es singular. Perseguido hasta la saciedad por las tarjetas ‘black’ de Caja Madrid , que, por cierto, devolvió integró el importe mal utilizado, acusado por supuestamente falsear las cuentas de una OPV de Bankia que contó con el respaldo del Banco de España, la CNMV, el BCE, auditores, consultores, accionistas privados, como Iberdrola… ve ahora mermados sus derechos con preso al seguir en prisión cuando ya ha cumplido el tiempo suficiente para alcanzar el tercer grado y poder gozar en un régimen de semilibertad tras trece meses y medio en la cárcel y cuando llega la Navidad.

Y es aún más chocante si se compara con otros casos, que hay muchos. Pero quizás el más relevante haya sido la reciente condena por el mayor escándalo de corrupción política de la democracia: Los ERE de Andalucía.

Frente a los miles de euros de mal uso de los consejeros de Caja Madrid con las tarjetas ‘black’, 19 exaltos cargos socialistas de la Junta de Andalucía cometieron un fraude masivo de 680 millones de euros con expedientes falsos de ERE. Diez de esos 19 exresponsables del gobierno socialista andaluz han sido condenados a prisión, entre ellos el expresidente José Antonio Griñán. A Griñán le han caído 6 años, es decir un año y medio más que a Rato y 15 de inhabilitación. Entre otros, al exconsejero de Innovación y expresidente de IFA-IDEA Francisco Vallejo, 8 años de cárcel, igual que al exdirector general de Empleo de la Junta de Andalucía Francisco Javier Guerrero. Estos dos últimos doblan la condena de Rato. Y así hasta siete condenados más a penas de prisión.

Pues bien, pese a la petición de la Fiscalía Anticorrupción y de las acusaciones particulares para que ingresen ya en prisión ante la gravedad de los delitos cometidos, los 10 exaltos cargos siguen en libertad y su caso no será revisado hasta después de Navidades. Por supuesto, de los 680 millones de euros defraudados ya no sólo a todos los andaluces, sino a todos los españoles, no piensan devolver un euro, mientras la mayoría de los condenados por las tarjetas black, que actuaron más por desconocimiento que por delito, si han devuelto los pocos miles de euros que se gastaron.

Rato cumple ya los requisitos del tercer grado

En paralelo, el pasado 8 de diciembre se cumplieron trece meses y medio desde que el también el ex director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) ingresó en la cárcel madrileña de Soto del Real después de que el Tribunal Supremo confirmara su condena a cuatro años y medio de prisión por apropiación indebida.

Un caso por el que entraron además otros catorce antiguos consejeros y altos cargos de Caja Madrid, aquellos a los que la Audiencia Nacional impuso castigos superiores a los dos años de cárcel por usar el «caudal» de la entidad para gastos personales como viajes, comidas, ropa, compras o retiradas de efectivo por valor de casi 2,9 millones de euros.

Transcurrido el tiempo, ya desde principios de agosto no tenían que acudir a su centro penitenciario más que a dormir los exconsejeros a propuesta del PSOE Antonio Romero y Jorge Gómez, condenados ambos a tres años y dos meses de cárcel. Y a lo largo de las siguientes semanas, lo mismo pasó con otros nueve.

Meses más tarde, el 8 de noviembre, fue el turno del exvicepresidente de Caja Madrid José Antonio Moral Santín, el segundo de los usuarios de las tarjetas con la pena más elevada, que salió de Soto del Real tras cumplir poco más de un año de los cuatro a los que fue condenado como cooperador del delito.

Sin embargo, Rato aún continúa a la espera de que se le conceda el tercer grado o régimen que se aplica a quienes, por sus circunstancias personales o penitenciarias, estén capacitados para vivir en semilibertad.

Por lo general, se suele conceder a los reos que, como el exministro, hayan cumplido al menos un cuarto de su condena, aunque también puede decretarse a tenor de otros aspectos como la personalidad y el historial individual, familiar, social y delictivo del interno, la duración de las penas o el medio al que retorna.

Las fuentes consultadas apuntan que Rato, que ya ha pedido este régimen además de otros permisos extraordinarios y ordinarios -entre otros motivos, para acudir a revisiones médicas- antes de que se acercara la fecha, ha obtenido varias visitas como premio por su buena conducta.

El exvicepresidente económico del Gobierno pidió perdón por sus errores antes de ingresar en la cárcel.

«Quiero decir que acepto mis obligaciones con la sociedad, que asumo los errores que haya podido cometer», dijo aquel 25 de octubre de 2018 delante de unos medios de comunicación que recogieron las últimas palabras de Rato en libertad, incluidas sus disculpas a «las personas que se hayan podido sentir decepcionadas o afectadas».

Aunque, de momento, no se sabe con exactitud cuándo se pronunciará el juez de Vigilancia Penitenciaria, el tiempo corre en contra del exministro, pendiente de conocer el resultado de su segundo gran frente, la salida a Bolsa de Bankia, en el que Anticorrupción endureció a última hora su petición para él hasta los ocho años y medio de prisión por falsedad contable y estafa a inversores.

El tercero, sobre el origen de su patrimonio, parece aún más lejano después de que la Audiencia Provincial de Madrid ordenara dar marcha atrás al procesamiento por supuesta corrupción en la contratación de la campaña de publicidad del banco, y agruparla en una causa común con los presuntos delitos fiscales y de blanqueo, actualmente investigados en los juzgados de Plaza de Castilla.

Con todo, las fuentes consideran que el tercer grado no puede depender del devenir de estos casos pues hacerlo supone vulnerar la presunción de inocencia que acompaña al acusado.

Al margen de este derecho, a otros cinco condenados por las «black» -el exsecretario de Estado de Hacienda Estanislao Rodríguez Ponga y los exconsejeros de Bankia Francisco Baquero, Jorge Gómez, José María de la Riva, y Moral Santín- sí que se les concedió dicho régimen aún aguardando la misma sentencia, la de la salida a Bolsa, que podría conocerse entrado 2020. 

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