Turismo en zonas de conflicto: entre la aventura y el peligro

Turismo en zonas de conflicto: entre la aventura y el peligro

26 mayo, 2024
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Actualizado: 26 mayo, 2024 13:04
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Sara Anguera. El turismo es una actividad que basa sus productos en la confianza de los turistas y que, en las ocasiones en las que ocurren circunstancias que ponen en peligro a los turistas, estas se mediatizan y hacen que las personas dejen de visitar estos países que se consideran como destinos de “riesgos”.

Por esto, viajar a países y lugares en conflicto es una práctica muy minoritaria, costosa y gestionada exclusivamente por pequeñas agencias de viajes altamente especializadas en este nicho. Los datos oficiales sobre este tipo de turismo son escasos.

El reciente atentado en un bazar de Bamiyán, Afganistán, que resultó en la muerte de tres españoles y tres afganos a manos del Daesh, ha reavivado el debate sobre la conveniencia de viajar a destinos en conflicto.

En España, los pocos datos oficiales disponibles sobre turismo en zonas conflictivas provienen del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este organismo publica encuestas experimentales basadas en la señalización de teléfonos móviles, aunque en muchos destinos la información es inexistente o la muestra es tan pequeña que está protegida por el secreto estadístico.

Un viaje a Afganistán de 10 días por unos 4.000 euros por persona

Sin embargo, los datos reflejan que el surgimiento de un conflicto reduce significativamente el turismo: por ejemplo, el número de viajeros a Ucrania se redujo a la mitad entre 2022 y 2023 debido a la invasión rusa. Similarmente, ha disminuido el turismo a Jordania y Egipto por su proximidad a Israel, en medio de la ofensiva militar en Gaza.

No hay datos representativos para países como Birmania, Sudán, Siria, Yemen, Níger o Chad. En Irak, apenas se registraron 1.670 viajeros en 2023, y en Irán, unos 3.000.

Las grandes compañías de agencias de viajes y asociaciones no incluyen empresas que ofrezcan este tipo de viajes. Estas excursiones están organizadas por pequeñas agencias especializadas, mayormente concentradas en Cataluña, que es también el origen de la mayoría de los viajeros interesados en estos destinos.

Estos viajes son altamente personalizados y, por tanto, costosos. Por ejemplo, se pueden encontrar viajes a Afganistán de 10 días por unos 4.000 euros por persona, o de 13 días a partir de 4.500 euros, incluyendo también Pakistán.

Un caso ejemplar es el de Austerio Alonso, un madrileño que lleva seis años organizando viajes a Chad a través de su agencia Kumakonda, la cual emplea a dos personas y atiende a unas 120 personas al año, muchos de ellos extranjeros. Alonso asegura que nunca ha tenido problemas de seguridad, a pesar de las recomendaciones en contra del Ministerio de Exteriores.

El turismo en Afganistán se desplomó tras la invasión soviética de 1979

El turismo en Afganistán es mínimo. Según datos del gobierno afgano, desde marzo de 2023 hasta marzo de este año recibieron 5.000 turistas extranjeros, 18 veces menos que en 1970. La mayoría de estos turistas provienen de China, debido a las buenas relaciones diplomáticas entre Pekín y el gobierno talibán, aunque también hay europeos.

En concreto, la provincia de Bamiyán ganó notoriedad mundial en 2001, cuando los talibanes destruyeron los Budas gigantes de 1.500 años de antigüedad (una estatua de 55 metros de altura y la otra de 38 metros). 

Aunque la situación parecía haber cambiado, el mes pasado los talibanes inauguraron un instituto de turismo y hotelería respaldado por el gobierno para fortalecer la infraestructura turística del país, buscando atraer más visitantes. Los datos de los últimos años reflejan un incremento en el turismo: en 2021, 700 extranjeros visitaron el país; en 2022, fueron 2.300; y en 2023, 7.000.

El turismo en Afganistán se desplomó tras la invasión soviética de 1979 y la violencia que siguió. Sin embargo, tras la retirada de Estados Unidos y el regreso de los talibanes al poder, el país ha comenzado a reconciliarse con el turismo, probablemente en busca de divisas y una mejora de su imagen. Se ha convertido en un destino de nicho, relativamente común entre un grupo de viajeros experimentados que buscan destinos nuevos, difíciles y alejados de las multitudes y el sobreturismo.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de España desaconseja hacer turismo en estos países

En España, pocas agencias organizan viajes a estos destinos. Una de ellas, Against the Compass Expeditions, fue la elegida por los turistas españoles. Fundada por Joan Torres, experto en destinos extremos y descrito en su Instagram como un «viajero realmente fuera de lo común», la empresa no contó con su presencia en el grupo atacado por el Estado Islámico. 

Su página web ofrece un viaje de 10 días a Afganistán en octubre, con Torres como guía, por 2.750 euros (sin incluir los vuelos internacionales, pero sí los internos). En la misma web se afirma: «Antes de que los talibanes tomaran el control del país en el verano de 2021, el país atravesaba una guerra civil. Ahora que ya se han ido los estadounidenses y que el ejército afgano ya no lucha contra los talibanes, el país es seguro por fin, desde el punto de vista turístico».

El Ministerio de Asuntos Exteriores de España desaconseja encarecidamente viajar a Afganistán. Si se decide ir, se deben extremar las medidas de seguridad, restringir al máximo los desplazamientos y evitar lugares concurridos como mercados y hoteles. También se recomienda contar con un seguro médico de viaje con una cobertura mínima de 30.000 dólares (27.600 euros).

El portal «Estamos seguros» de la patronal del sector asegurador, Unespa, aconseja consultar la web del Ministerio de Exteriores antes de viajar a países en conflicto. En algunos países, como Argelia, Bielorrusia, Cuba, Ecuador, Irán y Rusia, es obligatorio tener un seguro para obtener el visado. En otros, como La India o Tailandia, es recomendable. Por otro lado, en lugares como Estados Unidos o Canadá, se sugiere contratar un seguro, ya que un avión medicalizado desde EE.UU puede costar unos 50.000 euros.

Países en los que el ministerio de exteriores recomienda no hacer turismo

Entre los países que el Gobierno de España desaconseja visitar actualmente se encuentran regiones afectadas por graves conflictos bélicos. Este es el caso de ciertas áreas de Israel y el territorio palestino, que desde el año pasado están envueltos en un conflicto a raíz de la guerra entre Hamás e Israel en Gaza.

En consecuencia, el Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda evitar las «zonas de alto riesgo» en Israel, tales como la «frontera de Israel con Gaza, incluyendo los pasos fronterizos (como Eretz y Kerem Shalom)», la «frontera con Siria y Líbano» y la «frontera de Israel con Egipto». Además, se desaconseja viajar por tierra desde Israel a Taba y al Monasterio de Santa Catalina (Egipto).

El Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación mantiene disponible en su página web este listado de zonas de riesgo en la sección de recomendaciones de viaje. Además, el ministerio cuenta con una página dedicada especialmente a consejos o recomendaciones de viaje a todos los países del mundo, incluso los países no peligrosos, con indicaciones que pueden ayudar a los turistas que deseen viajar a estas zonas.

Algunos otros países que el Ministerio de Asuntos exteriores recomienda no visitar son: 

Asia

  • Afganistán
  • Irak
  • Irán
  • Líbano
  • Pakistán
  • Siria
  • Corea del Norte
  • Israel
  • Palestina

África

  • Libia 
  • Egipto
  • Somalia
  • Chad
  • Nigeria
  • Níger
  • Liberia
  • Mauritania
  • Burkina Faso
  • Mali
  • República Centroafricana
  • Burundi

Oceanía

  • Papúa Nueva Guinea

En definitiva, el turismo de riesgo es un tipo de turismo que no todo el mundo se puede permitir por su elevado coste y, que en algunas ocasiones como el fallecimiento de los 3 españoles en Afganistán, pueden traer graves consecuencias a los turistas. Por esto, es importante informarse correctamente antes de viajar a cualquiera de estas zonas mencionadas.

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