UBS promete a sus accionistas una exitosa absorción de Credit Suisse
El banco suizo UBS, que se vio obligado a comprar a su rival Credit Suisse para salvarlo de la quiebra, celebró hoy una junta anual de accionistas marcada por esa operación que sus directivos prometieron llevar a buen puerto pese a los enormes desafĆos que, admitieron, va a suponer a la entidad.
La junta general, celebrada en el salón multiusos St Jakobshalle de Basilea, desató menos tensiones que la que un dĆa antes celebró Credit Suisse en ZĆŗrich, aunque muchos accionistas que hablaron pĆŗblicamente en ella -algunos de ellos tras participar tambiĆ©n en la de la jornada anterior- mostraron escepticismo sobre el rumbo que el banco puede tomar tras la polĆ©mica compra.
Frente a las crĆticas, el presidente de UBS, el irlandĆ©s Colm Kelleher, aseguró que la adquisición, a instancias del Gobierno suizo, fue un paso Ā«histórico al que nunca quisimos llegarĀ» pero que, aseguró, brindarĆ” grandes oportunidades a la entidad.
OPORTUNIDADES PARA UBS Y PARA SUIZA
Ā«Marca un nuevo comienzo y grandes oportunidades para la entidad combinada, asĆ como para este paĆs como centro financieroĀ», destacó ante los accionistas.
«Nuestra estrategia es clara y no ha cambiado con la adquisición de Credit Suisse», subrayó el presidente de UBS, quien por otro lado afirmó que la integración de ese banco serÔ uno de los principales focos de las próximas estrategias.
Kelleher recordó que con el fin de abanderar la difĆcil tarea de integrar Credit Suisse y UBS se decidió recuperar como consejero delegado del segundo a Sergio Ermotti, quien ya ostentó este cargo entre 2011 y 2020 y asume el cargo hoy mismo, aunque no participó en la junta.
ADIĆS DE HAMERS
Sà lo hizo quien le entrega el testigo, el saliente consejero delegado Ralph Hamers, quien expresó su confianza en que su sucesor, «gracias a su experiencia, liderarÔ la firma con seguridad a través de esta nueva fase».
El directivo neerlandĆ©s subrayó que la fusión de UBS y Credit Suisse, primer y segundo mayores bancos de Suiza, Ā«crearĆ” un negocio con mĆ”s de 5 billones de dólares en activos invertidos y fortalecerĆ” su posición como lĆder en la gestión de fortunasĀ».
«Esta adquisición atraerÔ mÔs activos, mÔs empleados y mÔs clientes», vaticinó el consejero delegado saliente.
ĀæDEMASIADO GRANDE?
Pese a las llamadas a la confianza, fueron varios los accionistas que intervinieron para mostrar dudas sobre la adquisición, seƱalando que puede suponer desafĆos no sólo para la firma sino para la economĆa nacional suiza y su mercado laboral, creando un banco con un valor bursĆ”til equivalente al doble del PIB nacional.
Hubo quien propuso incluso escindir a medio plazo parte de las actividades del banco y crear una segunda entidad independiente.
Respecto a ello, el vicepresidente de UBS, Lukas Gähwiler, aseguró que el banco que surge de la fusión, si bien tendrÔ un gran tamaño, surge de dos entidades que ya, en los últimos años, han reducido mucho los suyos.
En 2006, antes de la crisis financiera, el valor combinado de ambos bancos representaba unas siete veces el producto interior bruto (PIB) suizo, relativizó el vicepresidente.
También señaló que la unión de UBS y Credit Suisse no supone una excesiva reducción en la competencia de un mercado como es el bancario de Suiza, donde, recordó, operan alrededor de 250 bancos.
GƤhwiler habló de la delicada cuestión del recorte de plantilla que traerĆ” la fusión (algunos calculan que podrĆa suponer hasta 30.000 despidos), aunque aseguró que Ā«a corto plazo, la fusión es una tarea hercĆŗlea que necesitarĆ” muchos trabajadoresĀ».
La junta duró algo menos de tres horas, considerablemente menos que la celebrada un dĆa antes por Credit Suisse, probablemente la Ćŗltima de esta segunda entidad tras 167 aƱos de historia.
APROBACIĆN A LA DIRECTIVA
Tanto Kelheller como el resto del consejo de administración recibieron la aprobación de los accionistas, con porcentajes de votos del 90 % o mĆ”s, en contraste con el apoyo de sólo un 56 % del accionariado de Credit Suisse a su presidente Axel Lehmann un dĆa antes.
Kelleher propuso en la junta un incremento de dividendos del 10 %, hasta los 55 céntimos de franco (55 céntimos de euro) por acción.
Al mismo tiempo, señaló que UBS ha decidido suspender el programa de recompra de acciones debido a la adquisición de Credit Suisse, aunque señaló que éste serÔ reanudado «lo antes posible».
UNA HISTĆRICA Y FORZADA COMPRA
UBS, que el pasado aƱo registró un beneficio neto de 7.600 millones de francos (6.900 millones de euros), adquirió el 19 de marzo Credit Suisse por 3.000 millones de francos (3.020 millones de euros) para salvarlo de una posible quiebra, una compra que ha despertado crĆticas entre polĆticos y opinión pĆŗblica del paĆs centroeuropeo.
El presidente de UBS subrayó hoy que «es la primera fusión entre dos bancos globales de importancia sistémica».
La compra, para la que el Gobierno suizo ha ofrecido garantĆas y crĆ©ditos de mĆ”s de 200.000 millones de francos suizos, casi un tercio de su PIB, necesita de la aprobación en otros mercados como la Unión Europea, Reino Unido o Estados Unidos.
Este martes, el Banco de Inglaterra y los reguladores antimonopolio de la Unión Europea (UE) garantizaron su aprobación preliminar de esta operación, aunque todavĆa quedan otros trĆ”mites en esos mercados y ello, junto al proceso interno de fusión, podrĆa llevar meses.
Credit Suisse indicó recientemente que espera que la absorción estĆ© concluida a finales de aƱo, aunque hoy el vicepresidente de UBS GƤhwiler aseguró que esa marca como tal podrĆa seguir funcionando en ejercicios venideros.