Un fondo escaso, con mecanismos complejos de control, que al menos se nutre de deuda

Un fondo escaso, con mecanismos complejos de control, que al menos se nutre de deuda

Los expertos creen que la cifra global -750.000 millones de euros- será insuficiente para hacer frente a la crisis causada por la expansión del coronavirus
21 julio, 2020
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Actualizado: 21 julio, 2020 17:53
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Analistas, gestores y bancos de inversión consideran que el fondo de recuperación pactado por la Unión Europea (UE) es un paso en la buena dirección porque se financiará con deuda emitida por la Comisión Europea (CE) y más de la mitad de su importe se entregará en forma de subvenciones.

No obstante, los expertos creen que la cifra global -750.000 millones de euros- será insuficiente para hacer frente a la crisis causada por la expansión del coronavirus y temen que los mecanismos diseñados para garantizar que los países receptores cumplen las condiciones fijadas resulten demasiado complejos, lo que dificultará los desembolsos.

«El acuerdo es un paso en la buena dirección, ya que será la primera vez que Europa emite deuda para apoyar los esfuerzos de recuperación. Esto es muy distinto de lo que ocurrió en la crisis financiera, cuando cada país tenía que endeudarse para hacer frente a los compromisos de la crisis», subraya Raymond Torres, director de Coyuntura y Análisis Internacional de Funcas.

Para Pedro Aznar, profesor de Esade, se trata de «un buen acuerdo» ya que, por primera vez, «es la propia UE la que se endeuda». «Supone un avance significativo», recalca.

Esty Dwek, de Natixis IM Solutions, destaca también el hecho de que el fondo se financie con deuda emitida por la CE, lo que representa «el paso más claro de Europa hacia una mayor integración y cooperación en años».

Otro elemento positivo, según Torres, es que más de la mitad del fondo -390.000 millones- consiste en ayudas directas y no en créditos.

Aznar subraya que, para España, que tiene una elevada deuda pública, «era importante que una parte de los fondos fueran como ayudas directas, sin necesidad de devolución».

Para Javier Santacruz, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), «es un buen acuerdo para España y para Italia, los países que han experimentado las peores consecuencias de la crisis sanitaria».

Bank of America Global Research considera que el fondo es «un ingrediente clave» para responder a la crisis provocada por la expansión del coronavirus y que la UE ha dado una «señal política» importante, pero cree que su impacto en el ámbito macroeconómico no será suficiente.

En la misma línea, Torres teme que la magnitud de la ayuda sea «insuficiente» teniendo en cuenta el hundimiento de la inversión.

«El total del paquete europeo representaría apenas la quinta parte de la inversión privada que se ha perdido por la pandemia. Va a ser insuficiente para generar una recuperación, hacen falta esfuerzos internos», explica.

Según Aznar, «existen algunas dudas sobre el importe del fondo y si será suficiente». «Todavía no somos conscientes de la magnitud de la tragedia. La covid-19 ha supuesto una reducción brutal de la actividad económica que ahora estamos acabando de medir».

Goldman Sachs hace hincapié en que el acuerdo es «menos ambicioso» que la propuesta inicial de la CE y «reduce significativamente la proporción de subvenciones y una serie de programas importantes», como el Fondo de Transición Justa y partidas destinadas a salud, innovación y a respaldar la solvencia de empresas privadas.

Otro elemento que puede resultar problemático es, según Torres, que las ayudas están sujetas a condiciones cuyo cumplimiento es difícil de supervisar.

«Esta condicionalidad depende de la unanimidad de los países. El sistema concede un poder a todos los países para comentar y en última instancia vetar ayudas a un país que no cumpliera con los compromisos adquiridos», explica Torres.

Aznar recuerda que las ayudas «se irán entregando conforme los países demuestren que cumplen con su agenda de reformas» y que los desembolsos deberán ser aprobados por una mayoría cualificada de los socios europeos.

Goldman Sachs coincide en el diagnóstico: «la gobernanza acordada es compleja, lo que podría retrasar los desembolsos en el futuro».

Por el contrario, Javier Santacruz destaca, como elemento positivo, la condicionalidad de las ayudas.

«Uno de los déficit de la UE desde su fundación ha sido su escasa capacidad de supervisión y de control de los fondos que se repartían. A partir de este momento, la política va a cambiar, va a ser una política finalista; el dinero no se va dar a fondo perdido», recalca.

Santacruz explica que será necesario «presentar proyectos coherentes de inversión, no de gasto». «Esto es enormemente importante, ya que la inversión es la que genera riqueza», concluye.

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