Fiscales de Valencia a la vanguardia en la lucha contra la publicidad sexista

Fiscales de Valencia a la vanguardia en la lucha contra la publicidad sexista

01 junio, 2016
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Actualizado: 01 junio, 2016 0:00
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Jordi Ferrer

Valencia, 1 jun.- Dos fiscales de Valencia se han situado a la vanguardia nacional en la lucha contra la publicidad sexista, con iniciativas de oficio contra varias campañas denigrantes para la mujer y «abriendo camino» en un frente que, en su opinión, comparte raíces con la violencia machista.

Se trata del equipo formado por Susana Gisbert, fiscal en la sección de Violencia contra la Mujer, y Manuel Campoy, de la sección Social, Contencioso, Administrativo y Mercantil, que en menos de un año han actuado con éxito contra tres campañas diferentes.

«Empezamos a trabajar en este tema a raíz de que se impidiese la personación del colectivo Siamura en una causa por publicidad sexista contra Cementos La Unión. Esta asociación, con la que hemos trabajado de forma estrecha, también estuvo personada en otra sentencia anterior contra Ryanair en los juzgados de Málaga», explica Gisbert en una entrevista con la Agencia Efe.

En diciembre de 2013 un juzgado de lo Mercantil de Málaga declaró ilícita (la sentencia está pendiente de recurso) la publicidad de la aerolínea irlandesa en la que aparecían varias de sus azafatas en bikini.

La idea de promover acciones de oficio contra casos de publicidad sexista surgió de una reflexión conjunta de ambos fiscales, con el apoyo de la jefatura provincial.

«No se trata de matar moscas a cañonazos. Realmente hay mucha publicidad que considero sexista, como las de detergentes en las que sale una mujer lavando y un hombre no, pero el derecho está para intervenir en casos en los que se sobrepasan determinados límites», apunta Gisbert.

«En Derecho Penal rige la norma de la mínima intervención y aunque nuestra acción no se desarrolle en el ámbito penal, debemos tener sentido común. Vamos a centrar los esfuerzos en lo más importante, lo más denigrante para la mujer, y quizá el resto de publicidad sexista desaparezca sola», añade.

Además de los roles que una determinada publicidad atribuya a la mujer, este tipo de publicidad se suele distinguir por la falta de relación del cuerpo de la mujer con el producto que se intenta vender: «No es lo mismo sacar a una chica en un anuncio de biquinis que en uno de cemento», subraya la fiscal.

Además, añade Campoy, «debemos tener la precaución de actuar de tal forma que a la empresa que utiliza la publicidad sexista no le salga a cuenta incurrir en una ilegalidad ni saque mayor rendimiento a su campaña ilícita».

Según advierten ambos fiscales, la violencia machista ha causado en España en los últimos trece años (desde que se contabilizan) las mismas muertes que ETA en el último medio siglo, alrededor de 900, «y la consideración de ambas víctimas no es, ni de lejos, la misma».

«¿Alguien se imagina que un anuncio hiciese referencia, aunque fuese velada, al terrorismo?», señala Gisbert, a lo que Campoy añade que «tanto la publicidad sexista como la violencia contra la mujer tienen su origen en la desigualdad».

Ambos fiscales han comprobado que si los asuntos sobre publicidad sexista llegan a judicializarse la solución se suele enquistar pero que, en cambio, cuando actúa el Ministerio Público en las diligencias previas, las empresas muestran mayor disposición a colaborar.

Así ha sucedido en los casos de Ryanair y Cementos La Unión, denunciadas por asociaciones en defensa de las mujeres, y con Bankia, donde actuaron de oficio los fiscales.

«Hasta ahora no ha sido necesario ni siquiera pedir la suspensión cautelar de la campaña, las empresas están siendo sensibles a nuestras peticiones. Ojalá nuestra acción fuese igual de efectiva siempre», explican estos fiscales. EFE

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