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Francisco González huye de ‘utopías’ y pide ‘Gobiernos realistas’ para bajar el paro

Francisco González huye de ‘utopías’ y pide ‘Gobiernos realistas’ para bajar el paro

11 marzo, 2016
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Actualizado: 11 marzo, 2016 0:00
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El presidente del BBVA, Francisco González, ha augurado una caída histórica en la tasa de paro de cara al 2020 siempre y cuando los Gobiernos den «estabilidad» y pongan en marcha «políticas realistas». Augura una tasa de paro del 10%, la mitad de la actual, y pondría a España en la media europea. 

González ha intervenido hoy ante la junta general de accionistas de la entidad financiera, que se celebra en Bilbao. En declaraciones previas a los periodistas, ha recordado que en España se han creado un millón de puestos de trabajo en los dos últimos años, y, «a este ritmo, podemos llegar a tener menos de un 10% de paro en 2020».

Pero, ha advertido, «para eso necesitamos estabilidad política, necesitamos gobiernos que pongan en práctica políticas realistas, no utopías que lo único que hacen es generar mucha frustración entre los ciudadanos».

«El 80% de la desigualdad se explica por el desempleo, por tanto, lo que tenemos que hacer es crear muchos puestos de trabajo para los españoles, focalizarnos ahí y tener políticas realistas», ha insistido. Respecto a la situación del banco, el presidente ha comentado que 2015 ha sido muy importante para la entidad financiera, creciendo dentro y fuera de España.

«Hemos fortalecido nuestro nivel de capital, acelerado el proceso de transformación del banco y 2016 va a ser todavía mejor. Estamos consolidando un equipo de primer nivel que va a dar a este banco enormes oportunidades para hacer cosas importantes», ha explicado.

Desde el punto de vista económico global, el presidente del BBVA ha opinado que hay una «cierta incertidumbre como consecuencia del poco margen de maniobra de las políticas monetarias y fiscales, pero como dije antes, el año 2016 será mucho mejor y en 2017 y 2018 vemos mucho crecimiento en nuestro grupo».

Todo esto ha hecho que la economía española creciera el 3,2% en 2015, el doble que la media europea, y para 2016 se prevé un incremento del 2,7%, «muy positivo en el entorno actual«, dijo. Sin embargo, insistió, la continuidad de ese crecimiento y de la creación de empleo dependerá del marco económico y financiero global y, por supuesto, de las decisiones que tomemos como país.

También destacó que las previsiones sobre la economía global están sujetas a un grado creciente de incertidumbre, básicamente porque «estamos entrando en un terreno desconocido», con muy bajos tipos de interés, que son contraproducentes, y baja inflación. Los mercados sufren un alto grado de volatilidad y reflejan la desaceleración de la economía china, la caída del petróleo y otras materias primas y las tensiones geopolíticas, además del temor a la deflación.

Y como receta para solucionar todos estos problemas, González aconsejó acometer reformas estructurales que estimulen el crecimiento global, y continuar con el avance tecnológico en el que el grupo es pionero desde 2007.

González también hizo un breve recorrido para los accionistas por los principales hitos de la entidad durante el año pasado, entre los que citó el incremento de la participación en el banco turco Garanti, que roza el 40%, sin eludir citar el impacto negativo de 1.840 millones de euros que tuvo para sus resultados.

Se trata, explicó, de un efecto contable que no afecta a la capacidad de generar resultados de Garanti, que tiene un tremendo potencial. También citó la venta parcial de su inversión en China y la incorporación de Catalunya Banc, que les ha permitido convertirse en la primera entidad española por activos.

Para terminar, se refirió a la transformación digital, a la que la banca en general se ha resistido (no el BBVA) pero que «ya está aquí» e irá más rápido a partir de ahora para adaptarse a las necesidades y las demandas de los usuarios.

La experiencia digital hace que los clientes quieran inmediatez, movilidad, omnicanalidad, tiempo real y nuevos contenidos y la banca tiene que dárselo y competir con los nuevos jugadores como Google o Apple, que de momento están «en los márgenes del negocio» porque no quieren estar tan controlados, pero que ya están «tomando posiciones».

«La disrupción va a ser brutal», habrá una fuerte competencia y también una tendencia a la consolidación en el sector financiero, lo que significa que «muchos bancos y muchas startups desaparecerán».

Para sobrevivir, los bancos tendrán que convertirse en empresas de servicios que ofrezcan soluciones digitales basadas en el conocimiento, y los que lo consigan se situarán en el centro del nuevo ecosistema digital y funcionarán como «agregadores» de la oferta de muchos especialistas, combinando productos y servicios.

También explicó a los accionistas los cambios introducidos en 2015 en la entidad, que aprobó una nueva estructura organizativa en la que prima la transformación digital, así como nuevas sedes en varios países y un profundo cambio cultural, con nuevas formas de trabajar y métodos más ágiles. El BBVA es hoy «una referencia a nivel global» y el cliente será el verdadero ganador de la revolución digital, dijo, para añadir que la entidad tiene el objetivo de ser el banco «más querido y el más recomendado» por su clientela.

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