«Generación Z», cuando en las películas de zombis el miedo lo dan los vivos
Alicia G.Arribas.
Madrid, 19 abr.- El director de cine británico Steven Baker se hizo cargo hace unos años de un proyecto que no había escrito él; era una historia de zombis, pero en seguida se dio cuenta que el modo en que los vivos trataban a los no muertos le recordaba mucho a la reacción de ciertos países con la llegada de refugiados.
«La crisis humanitaria se estaba convirtiendo en un problema político, era el año 2013. Tardamos mucho en terminar la película y solo cuando llegamos al proceso de edición de pronto todo quedó muy claro: casi sin querer, esta película hablaba de los desarrapados, de la crueldad, de la falta de humanidad», explica el director en una entrevista telefónica con Efe.
«Para cuando terminamos la película, la crisis humanitaria ya tenía un gran impacto. Estábamos mezclando la música cuando explotó el tema de los refugiados. He de decir que ese último plano de la película (sin spoiler, bromea) no fue aposta. De hecho, me hubiera gustado meterme más en ese asunto»
Se trata de un plano típico, en realidad, en el que al final de una contienda de este tipo, los zombis se han multiplicado y avanzan sobre la población viva, en este caso, desde el mar.
«Es raro, porque hablamos sobre eso en todo el proceso de la película, pero no pensamos que cuando la cinta llegase a los cines, esas imágenes iban a ser tan dolorosamente reales», apunta Baker.
Y asegura que esa imagen del final «no quería ser un reflejo de los refugiados, fue algo que ya estaba escrito; me preocupó muchísimo que la gente pensara que yo me estaba aprovechando de una imagen terrible, del impacto de aquellas imágenes, para hacer una película de terror».
La película, una coproducción belga, fue rodada íntegramente en Mallorca, con parte del equipo español.
El director asegura que no es casualidad que «El reZort», el complejo hotelero de lujo donde ocurre la acción sea la isla mediterránea. «No la conocía, es sencillamente maravillosa», agrega.
También comenta que aceptó hacerse cargo de un proyecto ya en marcha, por primera vez en su vida, porque le recordaba mucho al cine de género de los años setenta.
«Entonces sí se criticaba duramente el mundo que se vivía, el consumismo, en cintas como «El amanecer de los muertos», e incluso -apunta- en la serie de televisión «Walking Dead» el problema no son los zombis, sino la humanidad, es una gran versión de «El señor de las moscas», la novela de Willian Golding, que también fue llevada al cine».
La película, aún llena de simbolismos, es un homenaje a «Parque Jurásico», reconoce Baker.
Está contada desde un futuro postapocalíptico donde una epidemia ha convertido a media humanidad en zombi, pero los vivos restantes han podido controlar la situación, hasta el punto de que se pueden permitir el lujo de tener un parque temático en una isla paradisíaca donde ir a matar zombis que quedaron recluidos como atracción.
Entre los protagonistas, dos chavales que han ganado la visita al carísimo resort matando zombis en un concurso de realidad virtual; una chica incapaz de superar el haber visto a sus padres convertirse en zombis; su novio, un ex combatiente de la guerra zombi y dos personajes extremos: una activista por los derechos de los zombis y un agente del gobierno.
Baker ha confesado a Efe que eligió a propósito a dos mujeres para simbolizar lo más extremo de la codicia y lo más grande de la humanidad.
«No es una película negativa, además se puede hacer crítica y mover a la reflexión, o quedarse en la forma y divertirse mucho, porque es una historia muy entretenida», asegura el director, autor de cintas como «Outpost» (2007) o «Magic hour» (2002).
La película se estrena en España el viernes que viene y será estreno mundial en salas comerciales. EFE