Iglesias se ofrece como vicepresidente en un Gobierno presidido por el PSOE

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha trasladado al Rey Felipe VI su voluntad para formar un Gobierno del cambio con PSOE e IU, y los apoyos que sean suficientes para una investidura.

Iglesias, en rueda de prensa en el Congreso tras la reunión que ha mantenido con el Rey en el marco de la ronda de consultas del Monarca con los portavoces de las fuerzas parlamentarias, ha anunciado que está dispuesto a trabajar desde ya para la conformación de ese Gobierno. 

El líder de Podemos ha asegurado que él debe asumir la vicepresidencia de un próximo Gobierno «del cambio», en el que deberían participar PSOE e IU. Una oferta de Gobierno que Iglesias ha trasladado primero al Rey como jefe del Estado, y que espera que sea aceptada por el PSOE, y en ese Ejecutivo -según ha explicado- un Ministerio debería corresponder a En Comú Podem por ser la fuerza que ha ganado los comicios en Cataluña.

Iglesias ha puesto como condición que tiene que haber una cartera para su confluencia En Comú-Podem que plantee «soluciones territoriales». Iglesias ha adelantado que habrá que definir primero el nombre de los ministerios, pero le haría «mucha ilusión» ver a Domenech como ministro del Gobierno.

Iglesias ha trasladado primero al Rey como jefe del Estado, y que espera que sea aceptada por el PSOE, con el que aún no se ha puesto a negociar. Además de la vicepresidencia del Gobierno, Iglesias ha propuesto como áreas prioritarias del futuro Ejecutivo y que podría asumir su partido los ministerios de Política social, Economía, Defensa e Interior.

También cree que el ministerio dedicado a los asuntos de «plurinacionalidad» debería recaer en una persona de la candidatura de «confluencia», En Comú Podem, por ser la fuerza que ha ganado los comicios en Cataluña, así como una cartera para IU.

Podemos ha pedido a los ciudadanos que «no tengan miedo y que no se dejen asustar» pese a la información sobre Venezuela. «Por desgracia, en los últimos días, estamos asistiendo a una presión que parece que quiere decirle al PSOE que no gobierne y que lo que tiene que hacer es gobernar con el PP y Ciudadanos», ha lamentado Iglesias.

Ha hecho hincapié en que «la gente ha votado cambio y hay una voluntad mayoritaria en este país que quiere ver un gobierno de cambio, con caras, con rostros, con personas que representen ese cambio»

Sobre el viaje pagado por el Gobierno venezolano en diciembre de 2014, en el que participaron la actual portavoz de la CUP en el Parlamento catalán, Anna Gabriel; la dirigente de Podemos en Castilla-La Mancha María José Aguilar e Ignacio Gil de San Vicente, suegro del número uno de ETA David Pla y padre de la terrorista Kikitza Gil de San Vicente, Iglesias ha restado importancia.

En su opinión, se trató de un «encuentro público» en el que tomaron parte exfuncionarios de Naciones Unidas y profesores universitarios de Estados Unidos, además de Aguilar, quien ha recordado que es catedrática.

Iglesias ha dicho que la política internacional de un eventual gobierno de coalición entre PSOE y Podemos tiene que estar regida por «la sensatez y el sentido común».

«Estaremos de acuerdo con el PSOE en que si estamos gobernando, tendremos unas magníficas relaciones con Venezuela, Nicaragua, Colombia, Bolivia, Ecuador, Brasil, México y Guatemala… con todos los países hermanos que forman parte de una cultura fundamental para nosotros, independientemente de quien gobierne allí y de quien gobierne en España», ha sostenido Iglesias.

En el caso participar de Venezuela, ha remarcado que las relaciones con cualquier estado de América Latina tienen que ser «buenas» al margen de quien gobierne, como también ha defendido el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, «en algunos momentos de lucidez, que no siempre es habitual en su persona».

En ese posible gobierno entre PSOE y Podemos, el Ministerio de Asuntos Exteriores tendría como objetivo que España fuera «una potencia de la cooperación al desarrollo y el respeto de los derechos humanos».

Iglesias también ha considerado una prioridad «no aceptar las agresiones a la soberanía y a los derechos de los consumidores» que implican acuerdos como los del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TTIP).