Iglesias rehuye su responsabilidad en las residencias de mayores con miles de muertos insultando a VOX
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ha asegurado este miércoles, desde la tribuna del Congreso, que Vox es un partido «de caraduras» y «antidemócratas», y su presidente, Santiago Abascal, ha contraatacado acusándole de amenazar con la guerra civil y la lucha de clase. El ataque de Iglesias a VOX ha sido porque se le ha pedido responsabilidades por los miles de muertos en las residencias de mayores, que están dentro de sus competencias. Para el vicepresidente, el insulto parece que es la única respuesta que tiene.
Iglesias ha arremetido contra Vox durante su respuesta durante la sesión de control del Gobierno en el Congreso a una interpelación de este partido sobre si el vicepresidente segundo pretende utilizar la crisis para debilitar la democracia.
Según ha dicho, Abascal y los suyos representan los intereses de «buitres, de los multimillonarios que no quieren pagar impuestos y de los enemigos de España». Eso lo dice un vicepresodiende de un Gobierno que ha ordenado a la Policía multar a los españoles que porten una bandera nacional por la calle.
«No es un partido español sino que representa los intereses de los que no tienen más patria que su dinero» en un momento en que Unidas Podemos propone la ‘tasa COVID’ a los patrimonios de más de un millón de euros, ha dicho.
El comunismo no está en el ADN de la Constitución española, como dice Iglesias. El comunismo es muerte, falta de libertad y pobreza. España, hasta que ha llegado Iglesias al Gobierno, llevaba más de 40 años disfrutando de libertad, riqueza y prosperidad
Ante estas acusaciones, el presidente de Vox ha publicado un tuit en el que revela al auténtico Iglesias: «nostálgico del comunismo, con mansión propia y aliado de narcotiranías asesinas» que «reparte los carnés de demócrata y amenaza con la guerra civil y la lucha de clases desde la tribuna a todos los españoles».
Según Abascal, el vicepresidente segundo «no quiere que VOX hable del genocidio que se ha producido en las residencias de las que él era el máximo responsable».
Pero ha advertido de que Vox acudirá a la comisión de reconstrucción para exigir el cese de «este gobierno de la muerte y la ruina», porque «no se puede reconstruir nada con los que han destruido vidas y economías, y todavía pretenden destruir España y la libertad de los españoles.
Durante la interpelación, la diputada de Vox María Ruiz también ha hablado de la responsabilidad del Gobierno sobre las muertes en las residencias de mayores y ha acusado al Ejecutivo de distribuir morfina para matar a los ancianos.
Iglesias ha respondido asegurando que el Gobierno está afrontado la crisis defendiendo el interés general «al contrario que se hizo en 2008». Si la memoria histórica no falla, en 2008 gobernaba el PSOE de Rodriguez Zapatero, es decir, el mismo partido con él que el gobierna en coalición y del que se siente orgulloso o al menos feliz, con dos coches oficiales a la puerta de su casa, el suyo y el de su pareja, Irene Montero, así como más coches de escoltas, y la acumulación de sueldos públicos, mientras millones de españoles siguen sin recibir las prestaciones a las que tienen derecho de los ERTE dos meses después.
Además, ha aseverado que el Gobierno de coalición está defendiendo la sanidad pública -tenía la reserva estratégica vacía de material cuando empezó la crisis y ha sido denunciados por familiares de fallecidos, médicos y enfermeros por su nefasta gestión-, protegiendo a los trabajadores -muchos no han visto un euro en dos meses-, a los inquilinos -muchos no pueden acceder a sus famosos microcréditos- y a las familias que no pueden permitir un corte de suministros -más que por la acción del Gobierno ha sido por iniciativa de las propias empresas de luz, gas o agua-. Y, en definitiva, «protegiendo a la gente que necesita un ingreso mínimo vital» -las colas se multiplican en los centros que ofrecen una comida diaria o una bolsa con los alimentos básicos-.
Y como fundamento de la democracia, el vicepresidente segundo ha aludido al artículo 128 de la Constitución que prima el interés general sobre los particulares. Un artículo, ha dicho, que «ustedes no pueden soportar que citen los miembros del Gobierno». Aunque lo que en realidad lo que prima en España es el interés particular de Sánchez e Iglesias.
Iglesias ha reprochado a Vox que haya votado en contra de la prohibición de los desahucios sin alternativa habitacional, de las moratorias hipotecarias, de las ayudas al pago de alquileres y les ha acusado de estar al lado de los especuladores. Todo ello no son nada más que palabras en un papel mojado que no ayuda para nada a los españoles, si no que se lo pregunten a los que han intentado tirar de esas ayudadas.
«Ustedes no son un partido español, son un partido de falsos arquitectos y de caraduras, que firman proyectos irregulares para enriquecerse con la especulación inmobiliaria», ha señalado en referencia a la dirigente de Vox Rocío Monasterio.
«Ustedes están en contra de la democracia y de la Constitución española», ha dicho repetidamente el vicepresidente, en su comparecencia donde ha insistido en que los de Abascal representan lo contrario a todos los consensos sociales que permitieron negociar una Constitución, «incompleta y mejorable». Una Constitución que Iglesias se pasa por el forro cuando le da la gana.
Por su parte, la diputada de Vox ha cuestionado que un «comunista declarado» vaya al Congreso a hablar de democracia y ha lamentado los prejuicios que tiene Iglesias ante su formación.
Además, Ruiz ha recordado a Iglesias que ha llegado a la vicepresidencia no con los votos de los españoles sino gracias a que se ha aprovechado «del ansia de poder» del presidente Sánchez.
«Nosotros tenemos muchos más apoyos que usted y más autoridad para subir a esta tribuna», ha espetado la diputada de Vox, que ha reclamado al vicepresidente que «haga bien su trabajo», dé respuestas y no haga mítines políticos porque «esto no es la Complutense, es el Congreso».
Sobre el comentario respecto al comunismo, Iglesias ha respondido a la diputada que en un escaño del Congreso se sienta el secretario general del PCE (Enrique Santiago). «Un partido -ha dicho- sin el que no habría Constitución, ni elecciones democráticas ni se hubiera derrotado a la dictadura». Que se sepa, el régimen de Franco no fue derrotado. De hecho, el general murió en un hospital por enfermedad y fue la generosidad de la derecha que no de la izquierda que aún intenta cambiar la historia con su Ley de la Memoría Histórica, la que dio lugar a la democracia en España
Y ha dicho entender que a Vox le moleste que el comunismo esté en el «ADN de la Constitución y la democracia». El comunismo está muy lejos de estar en la Constitución española y, por supuesto, de cualquier democracia del mundo. Primero, porque la Constitución y la democracia reconocen los derechos fundamentales de las personas, la libertad de expresión, de manifestación, de opinión, de libre mercado, de propiedad privada, de un juicio justo… etc, algo que el comunismo nunca reconocerá a nadie, si no que se lo pregunte a los miles de europeos que lo sufrieron durante años en el Este de Europa bajo el yugo de la Unión Soviética, el régimen más cruel y que más asesinatos ha cometido en la historia de la humanidad.