A. Jiménez: Podemos no va a «El Cascabel» porque no le ponemos la alfombra

A. Jiménez: Podemos no va a «El Cascabel» porque no le ponemos la alfombra

14 febrero, 2016
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Actualizado: 14 febrero, 2016 0:00
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Raquel de Blas

Madrid, 14 feb.- Antonio Jiménez asegura que en «El Cascabel» (13tv) está cubierto el espacio político de derecha a izquierda porque desfilan miembros del Gobierno y de la oposición, aunque lamenta que nadie de Podemos haya acudido, lo que achaca a que no les ponen «la alfombra que sí les despliegan» en otras cadenas.

En una entrevista con EFE, el periodista jiennense analiza las que considera las claves del éxito que han logrado que su programa haya duplicado la audiencia desde que comenzó la temporada el pasado septiembre, y defiende que es un debate que ha ganado en «fondo, profundidad y fuste, con menos ruido y estridencias» que otros.

Para Jiménez, aparecer todos los días en la pequeña pantalla no supone más esfuerzo que el de cualquier compañero de otro medio, y cree que la única diferencia es la ansiedad que genera conocer al día siguiente «el puñetero ‘share’, tienes que acostumbrarte a convivir con ello».

PREGUNTA: «El Cascabel» ha ido creciendo en audiencia desde el comienzo de la temporada, y en enero ha firmado su máximo histórico. ¿Cuál es la clave?

RESPUESTA: Un debate plural, opiniones de fuste, un plantel de invitados de acreditada formación y una demanda creciente de información y análisis por parte de los ciudadanos dada la situación de incertidumbre e inestabilidad política que nos dejó el 20D.

La tertulia política y económica es un género contrastado de éxito en la radio que funciona también en televisión. Este nuevo tiempo político que se mueve en la inestabilidad e incertidumbre beneficia la apuesta informativa que cada noche protagonizamos. Ya hemos superado el 5 % de cuota de pantalla, entre 700.000 y 900.000 personas de media, con picos por encima del millón. Eso produce enorme satisfacción pero también más responsabilidad y mayor compromiso profesional.

P: Hay muchos espacios de debates y tertulias semanales y diarios ¿en qué se diferencia «El Cascabel» del resto de programas?

R: En nuestro programa el espacio político de derecha a izquierda está cubierto con políticos y periodistas que opinan con absoluta libertad e independencia en un debate que ha ganado en fondo, profundidad y fuste, con menos ruido y estridencias. Y con buen ambiente en el plató. Hay rigor sin caer en el «rigor mortis» porque la discrepancia de fondo no está reñida con la educación y el «fair play».

P: ¿Cree que hay sobreabundancia de tertulias?

R: No creo que haya excesivas tertulias políticas y económicas en televisión y prueba de ello es que «El Cascabel» es el único programa diario en «prime time» de esas características en las veintitantas cadenas nacionales si exceptuamos el canal público 24 Horas.

P: ¿Cómo elige a los tertulianos que acuden al programa?

R: Hemos buscado una representación amplia y plural de periodistas, también analistas económicos, con credibilidad y conocimiento que hacen de «El Cascabel», uno de los programas más atractivos e interesantes por el plantel de colaboradores que diariamente me acompañan.

P: ¿Y a los invitados? ¿Tienen reticencias para asistir?

R: No en general, y debo agradecer que desde miembros del Gobierno a integrantes de la oposición han desfilado por el programa sin condiciones y vetos a tertulianos. Lamento, sin embargo, que los dirigentes de Podemos no quieran venir, quizás porque no les ponemos la alfombra que sí les despliegan en otras cadenas.

P: ¿Qué opina de los tertulianos que van con la camiseta del partido político puesta?

R: En «El Cascabel» no encontrarás a periodistas mediatizados por la camiseta de partido. Los más críticos con el Gobierno de Rajoy, por ejemplo, por los casos de corrupción o por decisiones políticas cuestionables como el aborto, han sido precisamente los etiquetados como si fueran correa de transmisión del PP. Esa independencia de criterio y de honestidad me gustaría verla en colegas que opinan en otras cadenas y que expenden carnés de objetividad y neutralidad.

P: ¿Qué esfuerzo supone aparecer todos los días en la pequeña pantalla?

R: El riesgo profesional es el mismo que asume cualquier otro compañero con responsabilidades editoriales o de dirección en la Agencia EFE, en un periódico o al frente de programas de información y opinión en radio. La única diferencia puede ser la respuesta inmediata que recibes de la audiencia al día siguiente y que de alguna forma te genera algo de ansiedad. Te levantas todos los días pendiente del dato de audiencia, del puñetero «share», y tienes que acostumbrarte a convivir con ello.

P: Con lo fácil que es acceder hoy en día a todo tipo de información ¿resulta más difícil captar audiencia?

R: Por supuesto. Es difícil porque hay mucha y muy buena competencia. La oferta es extraordinariamente atractiva en «prime time». Se compite con cadenas generalistas cuyos programas superan los cientos de miles de euros cada noche, con las cadenas temáticas y también con los canales de pago. Y por supuesto con internet y con la televisión a la carta. Por eso, cada décima que subimos lo celebramos como un éxito extraordinario.

P: ¿Estamos mejor informados, o por el contrario esta sobredosis de información satura nuestra percepción de la realidad?

R: La saturación informativa no implica necesariamente más y mejor información. Creo que en muchos casos hay mucha información pero no es de calidad y ahí incluyo déficit de honestidad, neutralidad, objetividad, etc. En España hay medios que han convertido protestas de una decena de personas en noticia de primera para atacar al Gobierno. Y hay televisiones que han apostado cámaras y presentadores para hacer seguimiento de ese tipo de protestas muy minoritarias durante muchos minutos de televisión -con el coste que supone- con el único objetivo de desgastar al Gobierno y al partido que lo sustenta.

P: ¿Han dejado de lado los medios su objetivo de servicio a la comunidad para priorizar otro tipo de intereses?

R: La crisis ha golpeado también con severidad a los medios y, como dije antes, se ha perdido calidad informativa en beneficio de la sobreabundancia. Es más barato apostar por la cantidad que por la calidad. El servicio a la comunidad suena demasiado altruista teniendo en cuenta que los medios son empresas y buscan rentabilidad con la publicidad y la audiencia y ese es el interés que en general priorizan todos los medios. En ese escenario el periodismo siempre se deja pelos en la gatera.

P: ¿Cómo ve la situación actual del periodismo? ¿Hacia dónde van los medios de comunicación?

R: Los periodistas tenemos más medios que nunca y sin embargo creo que no los utilizamos en beneficio de un mejor periodismo. Hemos ganado en agilidad e inmediatez pero hemos perdido precisión y rigor. Demasiadas veces dejamos que una imagen sustituya a las palabras y a las explicaciones necesarias para situarla en el contexto justo. Se echa de menos el relato sosegado y completo desde diversos prismas en cualquiera de los medios. Hay demasiado periodismo declarativo basado en las opiniones de los políticos. Eso también es más barato que indagar e investigar y contar hechos.

P: ¿Le gusta el periodismo que se hace en España?

R: El periodismo en España con los inconvenientes, defectos y dificultades que he comentado no es diferente al que se hace en el resto de países con regímenes democráticos. Tienen los mismos problemas y afrontan los mismos retos. Aun así creo que en España se sigue haciendo un periodismo digno. EFE

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