Juan Ramón Rallo y José Carlos Díez coinciden: Podemos no debe tomar las instituciones

Juan Ramón Rallo y José Carlos Díez coinciden: Podemos no debe tomar las instituciones

13 mayo, 2016
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Actualizado: 13 mayo, 2016 0:00
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En el marco del XTB Trading Day, el mayor evento de trading organizado en España,  se ha celebrado este viernes en Madrid el primer debate político y económico Liberalismo Vs Socialdemocracia moderado por el analista Pablo Gil entre Juan Ramón Rallo y José Carlos Díez

Las elecciones es uno de los temas de mayor actualidad, tanto política como económica. Para Juan Ramón Rallo “el resultado es imprevisible por los escaños que bailan en varias circunscripciones, pero probablemente haya polarización del voto Podemos-PP, que es lo que interesa a ambos”. Rallo opina que a priori no espera un desplome del IBEX, sea cual sea el resultado; y, en cualquier caso, “las coaliciones más positivas para el IBEX serán aquellas que no reviertan el marco institucional actual, incluso con Podemos si no emprendiera una ‘revolución’ disimulada”.

Ambos economistas no ven la opción de que Podemos tome las instituciones, ‘si lo hace sí habría peligro’, ha manigfestado Rallo, que cree que ‘el sorpasso a corto plazo no creo que intranquilice’. ‘Creo que en caso de sorpasso el PSOE se abstendría’, ha añadido.

Para José Carlos Díez, la influencia de la incertidumbre política en el crecimiento de nuestro país no ha tenido ningún efecto hasta el momento; en el primer trimestre el PIB y el empleo crecieron con la misma intensidad que en el segundo semestre del año pasado.

Respecto a los movimientos extremistas, cada vez más extendidos en España y otros países de nuestro entorno (Francia, Italia, Grecia, Portugal), Juan Ramón Rallo está de acuerdo en que “hay un auge del populismo de izquierdas y de derechas en todo el mundo; las implicaciones en los mercados dependerán de las políticas aplicadas: el populismo de izquierdas tiende a subir los impuestos, hundiendo la rentabilidad de las inversiones; el populismo de derechas tiende a cerrar el país al exterior, destrozando los beneficios de la globalización”. Los principales riesgos económicos a nivel mundial, sin embargo, son para Rallo China y los países emergentes: “ambos van de la mano y todos necesitan un reajuste productivo y financiero similar al vivido por Occidente desde 2008.”

José Carlos Díez añade que hay un grave problema de sobreendeudamiento a nivel mundial, “Estamos en los máximos niveles de deuda. Hasta 2008 era un problema del mundo desarrollado. China hoy ya tiene más deuda sobre PIB que EEUU o Alemania.” Juan Ramón Rallo no prevé una crisis como la de 2008, “porque no ha habido un ciclo de sobreendeudamiento en Occidente y su aparato productivo está reorientándose hacia sectores de más alto valor que antes; los emergentes sí tendrán que pasar por una reestructuración, aunque no será tan grave como la occidental”.

En cuanto al papel de los bancos centrales, Díez opina que “a diferencia de los años treinta del siglo pasado, la actuación de los bancos centrales ha evitado otra gran depresión mundial. Pero una crisis de deuda no se resuelve sólo metiendo más dinero en circulación; aún es pronto para evaluar el experimento monetario desde 2008”. Para Rallo, las políticas expansivas de los bancos centrales no surten efecto porque “los agentes están sobreendeudados y, por mucho que abarates el coste de la financiación, no tienen interés en endeudarse más.” Tampoco podemos saber hasta cuándo seguirán este tipo de políticas: “Bernanke, expresidente de la Fed, ha dicho que su generación no volverá a ver jamás tipos de interés en el 4%. Si las economías siguen estancadas y los gobiernos siguen fundiéndose el ahorro de los ciudadanos, pueden prolongarse durante décadas (Japón). Si hubiera un saneamiento de balances rápido y regresara la demanda de crédito, entonces tendrían que subir de nuevo”, ha añadido Rallo.

Volviendo al momento económico en el que nos encontramos en España, José Carlos Díez opina que nuestro país “sigue en fase de expansión gracias a unas políticas monetaria y fiscal muy expansivas”. Y ha expuesto claramente las reformas más necesarias y urgentes que hay que acometer: “Una nueva regulación laboral que mantenga la creación de empleo para mejorar la brutal brecha de desigualdad salarial; convocar el Pacto Toledo y tomar medidas para revertir el agujero de 20.000 millones en el sistema público de pensiones; un nuevo modelo de financiación y una solución estable para la deuda autonómica; firme posición en Bruselas para el plan europeo de inversiones con eurobonos; y un plan de modernización de nuestro parque empresarial que mejore el ciclo de innovación en universidades y empresas, así como la financiación de capital productivo en sectores de nuevas tecnologías”.

Hay otros problemas, en opinión de Juan Ramón Rallo, como los tipos de interés negativos, “un impuesto encubierto a la liquidez”, que resulta peligroso para el ahorrador: “el ahorrador está vendido a unas políticas que quieren empujarle a que asuma riesgo aun cuando él no observe buenas oportunidades”. El tope de tipos negativos dependerá de si se prohíbe el dinero efectivo o no: “Si no se prohíbe, el límite estará en 2%-2,5%. Si se prohíbe, pueden ser ilimitados”. Además, el euro se verá afectado ya que “los tipos de interés negativos son, paradójicamente, una política deflacionista, dado que contribuyen a reducir el volumen de deuda, no a incrementarlo. Es verdad que poseer directamente euros se vuelve menos atractivo, pero el efecto de reducción del nivel de deuda es mucho más potente”. En este sentido, puede llegar a suceder que un particular reciba dinero por estar endeudado, “aunque no olvidemos que los principales deudores de una sociedad son los bancos y el Estado: por tanto, ellos serían los principales perceptores de dinero”.

En este sentido, para Rallo podemos llegar a convertirnos todos en un modelo a la ‘Japonesa’ “si seguimos el camino de continuar endeudándonos para evitar las reformas”. En este tipo de entorno, sin duda, “los ganadores están siendo claramente los Estados a costa de ahorradores, inversores y diversas clases sociales. Quien se coaligue con el Estado puede salir ganando a costa de los demás.”

Juan Ramón Rallo concluye que realmente no se sabe cuánto durará esta situación: “En un entorno deflacionista como el actual puede durar mucho tiempo: el Estado se endeuda más, pero el sector privado reduce su deuda, de manera que la deuda global no crece, aunque sí se mantiene en niveles demasiado elevados”.

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