La asincronía en la política de los bancos centrales y las implicaciones en los gestores, según Mirabaud Asset Management
La forma en que los bancos centrales responden a los acontecimientos de la economía mundial está cambiando y se observan nuevas orientaciones en la formulación de políticas, según Gero Jung, economista jefe de Mirabaud Asset Management.
Jung asegura que «la lucha contra la inflación es una prioridad absoluta para los bancos centrales del G10, pero se observa cierta divergencia en el sentido de que mientras la Reserva Federal, el Banco de Inglaterra, el Banco Central Europeo y el Banco Nacional de Suiza luchan contra la alta inflación con subidas de tipos, en los países de los mercados emergentes los bancos centrales bajan los tipos de interés. Incluso dentro de los bancos centrales de grandes potencias ha habido un cambio de política, por ejemplo, el Banco de Japón ha cambiado recientemente a una postura menos acomodaticia, después de haber sido hasta hace poco el último banco central dovish –política monetaria expansiva– en pie».
«Como consecuencia, hay cierta asincronía en la política de los bancos centrales, lo que tiene importantes implicaciones para los gestores de activos», destaca el economista jefe de Mirabaud Asset Management.
Añade que «una de las claras tendencias en la actualidad es la implicación de los bancos centrales en un concienzudo trabajo por avanzar en la transición “verde”. «Pero tengo la sensación», manifiesta el experto de esta gestora, «de que estas cuestiones dejan de ser prioridad uno cuando hay una crisis. Hace cinco años, cuando no había crisis inmediata, siempre había preguntas -y muchas- sobre sostenibilidad tras las ruedas de prensa de Powell, Yellen, Lagarde o Draghi. No recuerdo haber oído ninguna recientemente. En estos momentos, los bancos centrales se centran sobre todo en la misión que les han encomendado los responsables políticos, que tiene dos ejes: inflación y empleo».
La IA y los bancos centrales
«El crecimiento de la IA y sus implicaciones para las operaciones de los bancos centrales y la forma en que estos formulan sus políticas está en el debate público desde hace tiempo, pero, a día de hoy, la IA no supone en realidad ninguna diferencia para los bancos centrales», afirma Jung. Cree «que lo que sí marcará la diferencia a medio plazo es si la IA aumenta la productividad y, por tanto, el crecimiento potencial. Si se diera ese caso, la respuesta de la política de tipos de interés tendrá que adaptarse a ello. Es demasiado pronto para inferirlo. ¿Si se emplea el 100% del trabajo y el 100% del capital sería más productiva la economía? Hay algunos indicios alentadores de que podría ser así gracias a la IA».
Mirabaud Asset Management cree que los bancos centrales han tomado un papel más activo en la gestión de la economía
Para el economista jefe de Mirabaud Asset Management, «los bancos centrales han tomado un papel más activo en la gestión de la economía, especialmente teniendo en cuenta la crisis del coste de la vida y la presión para controlar la inflación. Yo también estaría bajo presión si mi objetivo fuera el 2% y tuviera una tasa de inflación del 10%. Desde el punto de vista de la tendencia global, hemos visto como muchos bancos centrales han avanzado con medidas de relajación cuantitativa, como por ejemplo la compra de bonos, y ahora vamos en la dirección opuesta con el endurecimiento cuantitativo».
Para Jung, «es una gran diferencia con lo que veíamos hace dos o tres años. Como banquero central tienes un objetivo, y normalmente un instrumento clave: la política de tipos de interés. Y la tarea principal debe seguir siendo combatir la inflación, porque para eso están los bancos centrales. Creo que es bueno que los bancos centrales sigan centrados en su objetivo principal, que es contener las presiones sobre los precios y mantenerlas a un ritmo de crecimiento equilibrado. Uno de los principales activos de un banco central es la credibilidad, y si se quieren ampliar los objetivos, se corren riesgos».
Concluye Gero Jung afirmando que «varios bancos centrales han lanzado ya sus propias monedas digitales (CBDC, por sus siglas en inglés). Las monedas digitales permiten a los bancos centrales dirigir eficazmente la oferta monetaria -y la política monetaria- de una forma más sencilla y directa. El Banco de Inglaterra y el Riksbank de Suecia están investigando las monedas digitales. Estamos en una fase bastante temprana, pero, sin duda, al menos desde un punto de vista teórico, es algo en lo que los bancos centrales seguirán trabajando».