Vivir en grandes ciudades como Madrid es complicado. El acceso a la vivienda ya sea en propiedad o de alquiler, está doblemente afectado por la subida de los precios y el encarecimiento de las hipotecas. A ello se suma el problema de la oferta: hay pocas casas disponibles. El stock de vivienda en alquiler cayó nada menos que un 32% en España el año pasado, según Fotocasa. El de vivienda usada en venta, un 3%, de acuerdo con Idealista. Y la obra nueva no se incrementa al ritmo necesario para atender la demanda.
Casi un 16% de la gente que decide comprar una casa lo hace para cambiarse a una más grande. Por eso, ante la falta de espacio cada vez más personas buscan alternativas fuera de casa. Este es uno de los factores que explica el auge de los trasteros en España. Los llamados espacios espacios de almacenaje o autoalmacenaje atraviesan un boom por la creciente demanda y su interesante rentabilidad.
Según Fedessa, la patronal europea del sector, España contaba en 2022 con un 10,5% por ciento del mercado europeo de self storage. Con 580 centros de alquiler de trasteros, el nuestro es el tercer mayor mercado del continente, solo por detrás de Reino Unido (38,6%) y Francia (11,8%). La oferta no ha dejado de crecer y abarca espacios desde 1 metro cuadrado a 20 o 30 metros cuadrados, enfocada tanto a particulares como pequeñas empresas y autónomos.
Mucho más que un desván
De la necesidad de espacio los trasteros del siglo XXI han hecho virtud. Hoy poco tienen que ver con los tabucos poco practicables situados en las plantas bajas de los edificios de viviendas. Hoy, promotores y empresas de self storage están aprovechando espacios que ofrecen muchas más posibilidades, como los bajos comerciales no utilizados de bloques de viviendas.
Estos nuevos espacios suelen ser totalmente privados e independientes. En muchas ocasiones, también están vigilados, a diferencia de los trasteros convencionales. La tipología de activos va desde los espacios urbanos a las naves y polígonos de las afueras. En cuanto a los precios, varían en una proporción similar a la del mercado inmobiliario residencial, guiados por la demanda creciente.
Por ello, los trasteros representan una alternativa de inversión muy interesante. Aunque España ya ocupa el segundo puesto a escala europea, aún tiene mucho recorrido. La referencia global es Estados Unidos, donde los espacios de autoalmacenaje comenzaron a implantarse en los años 50. De ahí que actores como fondos de inversión y family offices ya hayan desembarcado en un sector cuya TIR (rentabilidad anual) se mueve en una horquilla entre el 10 y el 30%.
Invertir en trasteros desde 500€
Ahora, se pueden aprovechar las oportunidades que ofrecen los trasteros como inversión sin necesidad de gastar mucho dinero. A través del crowdfunding inmobiliario, plataformas como Urbanitae dan acceso a inversiones inmobiliarias desde solo 500 euros. La idea es sencilla: se reúne a muchos inversores para que, entre todos, aporten el capital necesario para financiar un proyecto inmobiliario –por ejemplo, una promoción de trasteros–.
Esta modalidad tiene ventajas para el promotor, que logra la financiación que no puede obtener de bancos o fondos para llevar a cabo sus proyectos. Y, ciertamente, para el inversor, que puede convertirse en copropietario de inmuebles por toda España –es decir, diversificar su cartera– con cantidades pequeñas, sin hipotecas ni trámites de ningún tipo. Una vez concluye el proyecto, los participantes reciben su dinero de vuelta con la rentabilidad generada.
Solo Urbanitae ha contribuido, desde junio de 2019, a desarrollar más de 500 trasteros independientes en Madrid, una de las ciudades con mayor demanda de espacio. La plataforma ha devuelto la inversión en seis promociones de este tipo, con resultados notables. La rentabilidad anual conseguida supera el 20% de media, frente a una previsión del 14%. Además, el plazo de vida medio de estos proyectos ha sido de 8,3 meses.
Así, la tecnología –y la exigente selección de los proyectos– que está detrás de Urbanitae acerca al pequeño ahorrador oportunidades de inversión muy estables que, aun teniendo un riesgo bajo, logran rentabilidades muy superiores a la de alternativas tradicionales. Además de guardar todo lo que no nos cabe en casa, los trasteros se han convertido también en un almacén de valor…