La ‘magnitud de casos de adoctrinamiento’ en las escuelas de Baleares y de la Comunidad Valenciana

La ‘magnitud de casos de adoctrinamiento’ en las escuelas de Baleares y de la Comunidad Valenciana

13 noviembre, 2017
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Actualizado: 13 noviembre, 2017 17:36
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Ciudadanos (Cs) mantendrá una reunión este viernes con el Defensor del Pueblo en funciones, Francisco Fernández Marugán, para entregarle un informe en el que ha recogido más de una decena de casos de adoctrinamiento en las aulas de Baleares.

Lo ha confirmado a Efe el portavoz de Ciudadanos de Baleares, Xavier Pericay, que ha explicado que en los últimos tiempos se han producido casos de adoctrinamiento en las islas, pero que el informe únicamente recoge los de este año ya que son solo sobre los que podría intervenir el Defensor del Pueblo.

La formación naranja acude a dicha institución porque las denuncias que se han producido a la Consejería balear «han caído en saco roto», según Pericay, que ha lamentado asimismo que no exista una figura similar al Defensor del Pueblo autonómico en Baleares.

Según ha publicado El Mundo, se dan «situaciones de manicomio, como ver a un inmigrante haciendo mímica para tratar de comunicarse con el docente, o al maestro riñendo a los que hacen caso omiso», cuenta Juan, un padre del colegio Puig de Sa Morisca

Pericay ha señalado que, aunque hay diferencia en la «magnitud de casos» de adoctrinamiento que se están produciendo en Cataluña respecto a Baleares o la Comunidad Valenciana, los casos de Baleares son denunciables.

Ha distinguido entre dos tipos de adoctrinamiento: el explícito o visible, y el pasivo.

El primero es cuando se traslada una ideología a los alumnos menores de edad, contraviniendo el principio de neutralidad ideológica, a través de un discurso o una actividad. Por ejemplo, cuando en Baleares hubo una actividad en que todos se vistieron de negro en el patio por luto con la democracia en relación con el 1-O.

El adoctrinamiento pasivo se da, según Pericay, cuando, por ejemplo, todas las clases y los juegos se imparten en catalán y ninguno en castellano, o no se les habla del resto de España.

Pericay considera que a veces ni los propios maestros son «conscientes» de esa «forma impropia de educar a los niños».

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