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‘La normativa del cannabis de Colau convierte a Barcelona en la capital del porro’

‘La normativa del cannabis de Colau convierte a Barcelona en la capital del porro’

07 febrero, 2018
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Actualizado: 07 febrero, 2018 18:26
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El presidente del Grupo Popular en el Ayuntamiento de Barcelona, Alberto Fernández, ha reclamado la derogación de la normativa sobre clubes de cannabis aprobada por el gobierno de la alcaldesa, Ada Colau, y la aprobación de una nueva ordenanza para regular estos clubes y asociaciones.

 

Según Fernández, «la normativa del cannabis de Colau convierte a Barcelona en la capital del porro, olvidándose del turismo de calidad que aporta valor añadido a la ciudad y beneficia al comercio».

En este sentido, el presidente del Grupo Popular en el consistorio ha recordado que el gobierno municipal de Ada Colau consiguió la aprobación del Plan de ordenación territorial de clubes y asociaciones de consumidores de Cannabis con el único voto en contra de PP y PDeCat y la abstención de Cs.

Para Fernández, «esta propuesta sitúa a Barcelona en las principales guías turísticas del cannabis y supone un efecto llamada de este tipo de turismo. De hecho, algunos medios de comunicación internacionales ya comparan a Barcelona con ciudades históricamente vinculadas a esta actividad como Amsterdam».

Actualmente, en Barcelona hay un total de 137 locales cannábicos en activo y no todos cumplen con los requisitos. En esta línea, Alberto Fernández ha revelado que el 41 % de los locales inspeccionados en 2017 han dado positivo por infracción y les han abierto un expediente sancionador por no tener las instalaciones en condiciones.

Fernández ha señalado que «sorprende que aún no se hayan realizado inspecciones a todos los locales, ante el elevado porcentaje de infracciones que todavía quedan pendientes por revisar».

Por último, el presidente Popular ha explicado que, «desde 2013, se han reducido los clubes cannábicos de 165 locales a los 137 actuales, pero las múltiples infracciones de estos locales demuestran la necesidad de un mayor control. No se puede banalizar y socializar el consumo de las drogas, perjudicando la imagen de la ciudad».

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