La pandemia silencia casi 800 años de la romería de Andújar

La pandemia silencia casi 800 años de la romería de Andújar

24 abril, 2020
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Actualizado: 24 abril, 2020 23:48
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La peste, el cólera, la invasión francesa, la desamortización de Mendizábal, la Guerra Civil y ahora el COVID-19 han sido las causantes de que no se celebre en algún momento, durante sus casi 800 años de historia, una de las romerías más antiguas de España, la de la Virgen de la Cabeza en Andújar (Jaén).

La ciudad ha vuelto este año a vestirse de fiesta, engalanada con banderas de España y Andalucía, farolillos de colores e imágenes de la Virgen en los balcones, aunque con las calles vacías mientras en algunos rincones se puede oír «morenita y pequeñita, lo mismo que una aceituna…», del himno de la Virgen de la Cabeza.

Con la iniciativa «Romería desde el corazón» de la Cofradía Matriz las redes sociales se están llenando de fotos de balcones, terrazas, patios y rincones de viviendas dedicados a la Virgen.

Una imagen que volvía ayer a presidir la Plaza de España como cada jueves de Romería, cuando la ofrenda de flores se convierte en uno de los momentos más emotivos de cuantos se celebran estos días.

Pero esta vez lo ha hecho de forma simbólica, con la colocación en el ayuntamiento de una reproducción del cuadro de la Virgen de Luis Aldehuela, que presidirá el edificio municipal durante los días que hubiera durado la Romería y junto a ella se han colocado tres centros de flores.

Tampoco será posible que hoy entren por el puente romano a la ciudad las cofradías procedentes de diferentes comunidades autónomas para hacer su presentación oficial, dejando para el año que viene el desfile de cientos de caballerías que, en este día, siempre llenan las calles junto a miles de vecinos compartiendo momentos de hermandad con las personas llegadas desde distintos puntos de España e incluso de fuera de ella.

La Romería de la Virgen de la Cabeza tiene en Miguel de Cervantes su primer cronista a través de ‘Los trabajos de Persiles y Seguismunda’, publicado en 1617.

Sin embargo, su historia se remonta a agosto de 1227, momento, en el que cuenta la tradición, apenas si se habían apagado los gritos de la Batalla de las Navas de Tolosa (1212) que enfrentó a árabes y cristianos, cuando unos kilómetros más allá un pastor de Colomera (Granada) encontraba una imagen en la concavidad de dos peñas, tras oír el sonido incesante de una campana y ver unas extrañas luces en lo alto de un cerro.

Esa imagen, dicen que era la que traía consigo al venir a España san Eufrasio, discípulo del apóstol Santiago y primer obispo de Andújar, y que en el siglo VII, cuando la ciudad fue ocupada por los árabes, fue escondida en uno de los cerros mas altos e inaccesibles de Sierra Morena para evitar su profanación.

Una talla de estilo bizantino, de cabeza gruesa y desproporcionada al cuerpo, de cuello delgado y extremidades inferiores muy cortas, sentada en un trono y sin niño, que desapareció durante la Guerra Civil.

El origen del actual santuario está en una ermita medieval edificada a finales del siglo XIII, adosada al fortín de Jándula, en la cumbre del cerro de La Cabeza, donde una guarnición militar controlaba los caminos que comunicaban Andalucía con La Mancha.

En el XVI esa ermita será sustituida por un edificio más amplio, en cuya construcción intervino el arquitecto Andrés de Vandelvira, que tuvo que ser reconstruido en lo años cuarenta del siglo XX y que ahora permanece cerrado desde el 16 de marzo por el coronavirus.

El domingo, día en el que tendría lugar el momento más importante, con la procesión de «la Morenita», como popularmente se la conoce, el cerro permanecerá vacío, sin los más de medio millón de romeros, que cada último fin de semana de abril llenan sus calzadas, ahora con jaramagos creciendo entre las piedras.

Los devotos vivirán la Romería desde sus casas, y podrán seguir la Eucaristía a través de televisión, en un acto que presidirá desde la Basílica del Santuario, a puerta cerrada, el obispo de la Diócesis de Jaén, Amadeo Rodríguez.

Así, como consecuencia de una pandemia, se ha producido lo que no consiguió entre 1773 y 1783 el rey Carlos III cuando suspendió todas las hermandades y prohibió la romería, y ésta siguió celebrándose gracias a su carácter popular.

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