La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha defendido este lunes la independencia de los bancos centrales tras las presiones del presidente de EEUU, Donald Trump, a la Reserva Federal para que baje los tipos de interés.
En una conferencia organizada por el Banco Central de Hungría, y en el que también ha participado el presidente de aquel país, Viktor Orbán, aliado de Trump en Europa, Lagarde ha señalado que “no hay duda de que la independencia de facto de los bancos centrales está siendo puesta en tela de juicio en varias partes del mundo”.
La presidenta del BCE ha añadido que “la influencia política en las decisiones de los bancos centrales también puede contribuir sustancialmente a la volatilidad macroeconómica. Por ejemplo, se ha comprobado que la presión política persistente sobre un banco central afecta el nivel y la volatilidad de los tipos de cambio, los rendimientos de los bonos y la prima de riesgo”.
En vísperas de que tanto el BCE como la Fed celebren esta semana su primera reunión del año, Lagarde ha concluido su discurso señalando que “aunque la inflación ha caído drásticamente, es probable que los bancos centrales aún enfrenten un entorno macroeconómico más volátil en comparación con la Gran Moderación. Por lo tanto, sigue siendo imperativo que los bancos centrales tengan la independencia necesaria para cumplir plenamente sus mandatos de estabilidad de precios”.
