Los cursos de verano de la UVa «gestionan la ilusión»

Los cursos de verano de la UVa «gestionan la ilusión»

22 julio, 2019
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Actualizado: 22 julio, 2019 10:03
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La escritora Espido Freire ha cerrado la segunda jornada de los I Encuentros de verano “El latido de la ilusión» en la Universidad de Valladolid con una intervención en la que ha querido enviar un mensaje positivo sobre las Humanidades y la literatura, animando a aquellos que en su momento no pudieron hacerlo a “reengancharse» a estos estudios, ya que no hay edad para tener la ilusión de estudiar, “en cualquier momento se puede comenzar».

Sobre la literatura y la ilusión de narrar historias, Freire señaló que “se puede perder si se basa sobre todo en expectativas creadas por la sociedad», aunque lo peor añade “es perder la capacidad de volver a intentarlo, que es quizá lo más desesperante de fracasar en España. La censura que rodea a quien lo ha intentado y a la primera y de manera fácil no lo ha conseguido.»

Un fracaso que según Freire puede hacer perder la ilusión por crear, aunque en “mi caso me han provocado una reacción contraria. No me han desilusionado, sino que me han obligado a plantearme lo que estaba haciendo bien o mal y demostrar a los demás que eran ellos los que estaban equivocados».

La jornada ha permitido conocer también distintas iniciativas surgidas de la ilusión creadora de emprendedores y gestores culturales, con el objetivo de universalizar y facilitar el acceso a la cultura a personas y colectivos que por distintas circunstancias no pueden hacerlo en su día a día.

Así el escritor y profesor de literatura, Rafael Cabanillas y el viajero y biólogo, Jesús Rodríguez Romo fueron los primeros en dar a conocer su proyecto “Cine en África, imágenes para la ilusión», en el que “con una mochila al hombro y cargados con un generador de gasolina, una pantalla y un proyector» han llevado el cine hasta poblados aislados de África donde los espectadores nunca lo habían visto. Lo que no sólo les permite disfrutar de una buena película, sino también “ejercer su derecho de ver al menos una vez en la vida una película», según los promotores de la idea.

La iniciativa les ha permitido recoger las distintas reacciones que una película puede provocar en otros países fuera del mundo occidental “nos hizo darnos cuenta de que en Occidente no tenemos el control de las emociones, lo que demuestra lo diverso que es el planeta», y que han dejado reflejados en una película que presentaron durante su intervención en los jardines de Santa Cruz.

Un proyecto que nació en África pero que tendrá su continuación en América, ya que tal y como han anticipado hoy, en un futuro próximo montaran su cine en una barcaza en el Amazonas, donde atracaran de puerto en puerto para proyectar allí sus películas.

Por su parte, el director de orquesta Iñigo Pirfano ha presentado su proyecto “Un beso por el mundo», “una locura» según lo define él mismo con la que pretende acercar la gran música, en concreto “La Novena Sinfonía» de Beethoven a las personas más desfavorecidas y vulnerables, para que puedan “disfrutar del poder transformador de esa obra. La idea sobre la que gira este proyecto es que cada persona importa independientemente de su situación, cada uno tiene un valor, no un precio».

Con ese espíritu en el año 2014 Pirfano puso en marcha este proyecto llevando desde entonces la Novena Sinfonía a hospitales, cárceles, orfanatos y a centros de recogida de refugiados de todo el mundo. Una iniciativa que les permite además a los músicos que colaboran de forma voluntaria en ella “ser conscientes de la enorme responsabilidad que tiene con sus conciudadanos, regalándoles su tiempo y talento».

Desde esa misma idea de responsabilidad y compromiso de la sociedad civil, emprendedores culturales y sociales ligados de alguna forma con Villafranca del Bierzo (León) pusieron hace diez años en marcha un festival de música y vino que año tras año, cuelga pese a su precio (150 euros) el cartel de entradas agotadas.

“Lo pusimos en marcha, primero por un profundo sentimiento de agradecimiento y lo segundo porque en un contexto de crisis y de abandono de los pueblos, pensamos que la manera que podíamos contribuir a cambiar la situación era llevar a cabo acciones culturales, y que debíamos asumir nosotros esa responsabilidad, sin recurrir a la vía pública».

Con los años al festival de música y vino se han ido sumando nuevas iniciativas, como la proyección de películas antiguas, o proyectos más comerciales como la reinterpretación de la vieja zapatilla de cuadros de los abuelos, “intentando hacer de algo que consideramos feo, rural algo exclusivo, utilizando tejidos que ya no se usan».

Proyectos que involucran a la gente del pueblo, a la vez que han permitido atraer nuevos visitantes, algunos de ellos interesados en invertir en empresas locales o adquirir propiedades. Un modelo que ya les han pedido replicar en otras zonas, aunque avisa no vale solo con tener una buena idea “las emociones son el motor, pero los recursos de los pueblos son escasos, y no basta simplemente con la buena intención. El reto es hacer cosas desde procesos de excelencia».

Por último, el astrofísico Juan Ramón Pardo contó a los asistentes cómo desde la gestión de una administración pública, es concejal del Ayuntamiento de Fuentealbilla (Albacete), se puede generar la ilusión por la cultura, llegando a colocarse incluso en el centro del debate político en las últimas elecciones municipales.

Cada año en este ayuntamiento de apenas 1.816 habitantes se celebran más de 55 espectáculos culturales con un gasto total de 215.000 euros, que financian con lo que generan en taquilla, y con el apoyo de otras administraciones y el patrocinio de empresas de la zona.

Música clásica, teatro, cine, son algunas de las actividades que se programan y a las que acuden masivamente los habitantes del pueblo lo “que demuestra, que en un pueblo pequeño la gente puede emocionarse con la cultura», concluye Pardo.


Los I Encuentros de Verano «El latido de la ilusión´ concluirán mañana 20 de julio con una visita al Castillo de Fuensaldaña y a las Bodegas César Príncipe, bajo el lema “Vive el Enoturismo».

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