Los jóvenes españoles son conscientes de que la tecnología será la clave para su futuro laboral
La generación Z se siente y se define como “tecnológica” por encima de otras consideraciones como trabajadora, responsable o solidaria.
Aceptan la tecnología como parte de la realidad en la que viven inmersos y lo hacen con naturalidad. Son pragmáticos en su uso y conscientes de los riesgos pero defienden en su mayoría una visión optimista y entusiasta de las posibilidades que la tecnología ofrece, sobre todo en el ámbito laboral.
En un tiempo de post-crisis económica en el que el mercado de trabajo joven se ha visto afectado más que ningún otro, ellos y ellas creen que la tecnología será el elemento que defina de forma esencial las características del mercado laboral y que esto supondrá nuevos retos, tanto a nivel formativo como de oportunidades. Sin embargo, sienten una cierta presión, una exigencia impuesta por el contexto, de formación, equipación y actualización continuas. Y sólo si las siguen podrán integrarse en el nuevo modelo laboral.
Estas son algunas de las principales conclusiones de la investigación “Jóvenes, futuro y expectativa tecnológica” realizada por BBVA, Google y Fad en el marco del proyecto conjunto “Conectados”. La investigación ha sido presentada por el director global de Negocio Responsable de BBVA, Antoni Ballabriga, el responsable de Políticas Públicas de Google España, Antonio Vargas y la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura. Los principales datos han sido presentados por la directora técnica de Fad, Eulalia Alemany.
La investigación, de carácter cualitativo, nos permite analizar las expectativas que tienen las y los jóvenes de 15 a 29 años en relación al desarrollo tecnológico futuro: ¿cómo contribuye el desarrollo tecnológico a perfilar su propio futuro y el de la sociedad?; ¿qué esperan que la tecnología les proponga, facilite, resuelva, descubra u ofrezca? También se recogen tendencias en cuanto a cómo perciben la balanza beneficios/oportunidades.
El estudio se ha elaborado a través de grupos de discusión con jóvenes de 15 a 29 años de toda España y las aportaciones de un grupo de expertos.
Un discurso consciente: oportunidades y retos
En el discurso juvenil, la tecnología aparece como una aliada, como un elemento imprescindible del desarrollo y el progreso. Esto no quiere decir que esas grandes virtudes y promesas no conlleven limitaciones y contradicciones, pero afirman que, limitando posibles tergiversaciones, instaurando una ética del desarrollo tecnológico, los resultados inclinan la balanza hacia sus enormes ventajas.
Al hablar de las contrapartidas, de los riesgos, resulta reseñable que, sin obviarlos, los discursos de los jóvenes pasan muy por encima de las alarmas más presentes en el tópico social (la adicción, los abusos, los acosos…). Los riesgos que señalan tienen más que ver con la pérdida de privacidad; la brecha tecnológica que puede suponer distancia entre aquellos con más o menos acceso a formación, equipamiento, etc; o la dificultad para adecuarse al ritmo de evolución tecnológica. También señalan como riesgos que se desdibujen las barreras entre los tiempos de ocio, de trabajo, de gestión y de relación. O que la comodidad que supone la tecnología –toda la información a un click, por ejemplo- derive en un cierto acomodamiento pasivo.
Aún así, asumen estas contrapartidas con naturalidad y asocian el concepto “tecnología” directamente a cuestiones como “desarrollo” y “progreso”: el desarrollo tecnológico se constituye en esperanza de “avance”, y se entiende que debe abanderar el combate contra las tendencias autodestructivas con el planeta: la tecnología debe ayudar a mejorar el planeta y la vida del ser humano.
En general, el discurso juvenil apela a un desarrollo sostenible y responsable del que también puede formar parte una tecnología que ofrezca soluciones a todos los niveles.
Incluyen en las demandas al desarrollo tecnológico que sea “eficiente” como sinónimo de “ecológico”, como mínimo para que la tecnología no empeore más la situación medioambiental. Es decir, apelan a la ética del desarrollo tecnológico, sobre todo en términos de sostenibilidad del planeta.
Demandan formación, no solo ser autodidactas
El discurso juvenil señala que, pese al amplísimo espectro de utilización de las tecnologías de información y comunicación, creen que están infrautilizando estas tecnologías, que no les sacan el partido que podrían y deberían. Y en buena medida achacan esto a la falta de formación, instrumental, estratégica y emocional. Se autocapacitan, por ensayo/error, se apoyan horizontalmente en sus pares, y se sienten faltos de apoyos adecuados. Y los solicitan.
Desde la negación del tópico de “nativos digitales”, los jóvenes reclaman múltiples desarrollos en el campo educativo; para manejar mejor las tecnologías, para sacarles partido, pero también para conocer sus posibilidades y límites, para conocer sus reglas “emocionales”, para aprender a integrar con éxito lo off y lo online. Incluso reclaman mediaciones para el aprendizaje pese a ver con reticencias la posibilidad de control que la mediación (de progenitores, de docentes) podría suponer.
Frente al señalamiento de los riesgos adoptan una posición proactiva: reclaman formación para anticiparse, un control razonable de las amenazas externas, unos códigos de regulación de los desarrollos científicos, industriales y empresariales, y unos códigos éticos que protejan al conjunto de la sociedad y eviten las desviaciones que pudieran resultar menos deseables.
Proyecto Concectados
El Proyecto Conectados es una iniciativa de Fad, Google y BBVA cuyo objetivo es promover el uso constructivo y positivo de las TIC dotando a adolescentes y jóvenes de criterio, capacidades y sentido crítico que les permitan tanto optimizar las oportunidades que les ofrecen las TIC como minimizar sus posibles riesgos.
Proyecto Conectados trabaja en tres líneas: acción educativa, dirigida a adolescentes, investigación para conocer el impacto de las TIC en la socialización de los adolescentes y sensibilización/formación para familias y docentes ofreciendo pautas sobre cómo educar en el buen uso.